Palmira Muñiz Pérez cumplió ayer 103 años y tuvo una primera celebración en la intimidad familiar, con tarta y velas. La gran fiesta se hará cuando lleguen los hijos, nietos y bisnietos -algunos, en las fotos que muestra- que residen en Colonia (Alemania), hasta donde ella viajó hace unos meses, para dar una sorpresa a Ricardo, uno de los nietos, en su 40 cumpleaños. "Todos choraron cando me miraron entrar", recuerda con emoción. Tiene tres hijas y dos hijos, dos de ellos, Alicia y Oswaldo son los que están en Alemania. Le han dado 22 nietos, más de veinte bisnietos y dos tataranietos.

Esta vecina de Paramos (Tui) conserva todas sus facultades, aunque la rotura de una pierna le obliga a ayudarse con un andador. Está dispuesta a viajar a Alemania las veces que haga falta "xa o fixen en coche e en avión", cuenta. Vive en su casa, la que fue de sus padres, donde sus hijas la cuidan y le acompañan para que no duerma sola.

"O que máis me gusta comer e o cocido, con porco da casa. Sen porco, non vivo", asegura. La fruta de su huerta le sabe a gloria. Se distrae viendo la televisión, sobre todo los debates, y está al día en las cosas que más le interesan: las que tiene a su alrededor. "¡Que non me quiten a pensión!", defiende. Con buen humor, recuerda lo mucho que trabajó de joven en el campo. Tiene buenos recuerdos de las fiestas, donde bailaba pasodobles y jotas.