Alma Gil Souto, de 4 años de edad, comprende todo cuanto se habla. Es un rostro familiar en el Baixo Miño, donde hace poco se conseguían 6.000 euros del banco de tapones para costear su hidroterapia.

Dos empresarios de Tui han financiado la creación de quince huchas de metacrilato, con la foto de la pequeña y su historial, a fin de colocarlas en establecimientos donde se comprometan a custodiarlas, permitiendo que visitantes o clientes depositen la voluntad. Todo lo que se reúna irá destinado a la compra de un costoso andador especial que permitirá a Alma incorporarse sola e incluso valerse para pequeñas cosas, como ya se ha visto en otros casos similares.

En las huchas, explica, en primera persona, que su enfermedad "hace que no me funcione el sistema de aportación de energía a las células. Lo entiendo todo, pero no puedo hablar, ni mantenerme erguida, ni caminar, porque la enfermedad me afecta a los músculos. Necesito una terapia muy costosa". Sus padres Jessi Souto Cordero y José Ramón Gil (pintor en el naval), residentes en Vigo, están muy esperanzados y agradecidos por la iniciativa. En la actualidad la niña asiste a sesiones de rehabilitación, logopedia y terapia ocupacional, por la Seguridad Social. El matrimonio tiene otros tres hijos, uno de ellos de 2 años, que son una ayuda muy importante para Alma, que se hace entender. Su madre dice, absolutamente convencida, que "mi hija va a caminar".