Es uno de los enclaves más hermosos de la Ría de Vigo, ha sido testigo episodios históricos como la Batalla de Rande y ha inspirado grandes autores de la literatura universal. El halo de misterio que encubría al archipiélago comenzó a desvelarse con la organización de visitas guiadas en el año 2008, cumpliendo una vieja petición del ayuntamiento de Redondela.

El gobierno local ha retomado este mes la actividad gracias a la financiación europea. Los barcos a las islas salen cada fin de semana de los puertos Cesantes o Chapela, con dos frecuencias diarias totalmente gratuitas. Para acudir es necesario reservar las plazas a través de la web del ayuntamiento o en las oficinas de turismo del municipio. El número de pasajeros por viaje está limitado a cien, y disfrutarán de un recorrido histórico de dos horas de duración por las islas así como por la ensenada.

El devenir de los tiempos le ha deparado a San Simón y San Antón multitud usos. Sus orígenes se situan en un asentamiento templaria que permanecería en las islas hasta el siglo XIII. Durante la Edad Media serían varias las comunidades monásticas que en ellas se ubicaron, hasta que a mediados del siglo XIX comienza a funcionar como lazareto marítimo. En él se recluía a los leprosos y navegantes enfermos antes de desembarcar en tierra firme para evitar plagas en la bisbarra. Pero su etapa más cruda la viviría tras la guerra civil, cuando sirvió como colonia penitenciaria donde se confinó a los opositores a la dictadura franquista. El presidio se cerró en 1948, y se reutilizó como hospicio para los huérfanos de los marineros de la zona. A comienzos de la década de los sesenta, el archipiélago se abandona y cae en el olvido.

En las islas se erigen nueve edificios, rehabilitados hace unos años con la intención de dotarlos de un uso turístico y cultural: el Centro de Interpretación y Documentación, el Edificio de Cursos y Seminarios, el Auditorio Multiusos, la Casa da Cultura e Deportes do Mar, la Cafetería y Restaurante, la Residencia Stella Maris, la Casa de Baños, la Capilla y la Casa del Guardia. Sin embargo, el plan diseñado para explotar este enclave turístico ha ido zozobrando tras la disolución el año pasado de la fundación que lo gestionaba.

La visita guiada ofrece una ruta por estos espacios y su historia, así como un paseo que observa la vegetación de las islas, en la que destaca el hermoso "Paseo dos Buxos", una bóveda de arbustos que se ha convertido en una de las señas de identidad del archipiélago.