La fecha elegida para el curro de A Valga mantiene la costumbre milenaria: el segundo domingo de mayo. Se desarrollará como siempre, con la reunión de ganaderos a primera hora para cercar los caballos y llevarlos al recinto donde se raparán y marcarán a fuego, ya por la tarde.

Lo que cambia este año respecto a la última década es la prohibición de acampar en el entorno del curro. La comunidad de montes de Loureza, propietaria de los terrenos donde se desarrollará la fiesta ha acordado no autorizar las acampadas ni "cualquier otra celebración distinta del curro". Su secretario, Indalecio Iglesias, justifica la decisión para evitar destrozos en sus plantaciones. Según explica, las hogueras de los campistas, que se instalan en la zona desde el viernes anterior acaban por secar los pinos y generan así importantes pérdidas a la entidad. "Es una fiesta tradicional que se ha desmadrado", señala el comunero.