Ni siquiera la desapacible mañana logró restar afluencia de público ni colorido artístico a la tradicional Festa dos Maios de Redondela, que volvió a congregar imaginación a raudales, tanto por la calidad de las 13 composiciones vegetales presentadas a concurso como por la simpatía desplegada por los niños participantes y sus ácidas y, a la par, simpáticas coplas. En un año, sin duda, cuya primavera tardía se ha hecho rogar y la actualidad política y económica ha ofrecido un filón a los autores de las coplas.

Ningún premio quedó desierto en esta edición. "O cono do adro", "O recuncho" y "O carballo" se repartieron, por este orden, primer, segundo y tercer premios en la categoría de mejor maio tradicional; "Os rapaciños do carballo", "O pavo real de Saxamonde" y "Os tirabeques", en la categoría de maio artístico; "O canastro", "O cruceiro" y "Os rapaciños do carballo" , en la de interpretación; y "O cruceiro da Torre", "O carballo" y "O pavo real de Saxamonde", en la de mejores coplas.

Desde las 11.00 horas, la alameda redondelana se llenó de participantes, visitantes y curiosos deseosos de contemplar y disfrutar de las composiciones vegetales.

Desde un artístico Bob Esponja realizado por la agrupación "Os peluches de Sanmar" de Ventosela, pasando por un espectacular "Pavo real de Saxanmonde", con cola desplegada a 3 metros de altura -idea original de Ana Belén Mariño-, el público asistente pudo disfrutar, entre otras composiciones, de hórreos ("O canastro"), un espectacular carro con buey y aperos de labranza ("Os rapaciños do carballo"), varios cruceiros y composiciones varias, que constituyeron todo un derroche de imaginación, elaboradas en muchos casos con sales de colores, maíz, calas, margaritas, camelias, claveles, huevos, naranjas y, mucho, pero mucho, fiuncho. Elemento capital este que, según uno de los integrantes de "O recuncho", y a modo de reproche, "ya apenas hay sitio donde encontrarlo, sobre todo escasean las relaciones y muchos chiquillos no saben dónde encontrarlo al aire libre".

Y tras la exposición al público de los 13 maios en la alameda, llegó el turno del concurso propiamente dicho ante la Casa do Concello, que contó como pregonero con el presidente de la Real Academia Galega, Xesús Alonso Montero, que concluyó su alocución con unos versos del poema "O maio" de Curros Enríque, de cierta actualidad meteorológica: "Para min, non hai maio; para min, sempre é inverno". El sol llegó a media tarde.

El jurado, del que también formaba parte el pregonero, estaba compuesto por la escritora Fina Casalderrey, los filólogos Xosé Henrique Costa y Xosé Couñago; el concejal de Cultura, Julio Alonso Monteagudo; y el funcionario, secretario y presentador ocasional del acto, Xosé González Martínez.

Los asistentes disfrutaron de lo lindo, aplaudieron a rabiar y se rieron con las gracias, ironías y sarcasmos desplegados por los niños durante la interpretación de las coplas.

Fuera de concurso, aunque igual de aplaudidos que el resto de participantes, presentaron su maio un grupo de la tercera edad del centro de día Arela, que disfrutaron del concurso en un lugar preferente ante el Consistorio local.