El alcalde de Salvaterra do Miño (Pontevedra), Arturo Gradal, ha censurado el escrache organizado hoy por un grupo de afectados por participaciones preferentes en su casa en la localidad lusa de Monçao, tras la celebración del pleno municipal a puerta cerrada, y ha llamado a la "cordura".

En declaraciones a Efe, Grandal ha subrayado que con esta acción se ha "traspasado una línea roja", la de que los familiares de cargos públicos se vean afectados por las protestas de colectivos como los afectados por las preferentes o de las plataformas contra los desahucios.

"Pido mucha cordura y sentido común, y ojalá que esto no lo tenga que sufrir ningún otro alcalde de ningún color político", ha manifestado Grandal, quien ha explicado que su mujer, que estaba con su madre, lo llamó "asustada y llorando" al ver que medio centenar de personas tocaban pitos y cornetas y gritaban "en plan agresivo".

Según el regidor de Salvaterra, los alcaldes "no tienen la culpa" del problema de las preferentes, y además el suyo es de los ayuntamientos que "más han ayudado" a este colectivo.

Ha recordado que la corporación que preside ha puesto a disposición de los afectados un asesor jurídico y les ha costeado los desplazamientos en autobús a manifestaciones "muchas veces" contra su propio partido.

Grandal ha criticado que aunque el de las preferentes es "un problema de toda España", la plataforma del Baixo Miño se dedique a "reventar los plenos de una docena de pequeños ayuntamientos" del sur de la provincia de Pontevedra gobernados por el PP, lo que ha atribuido a "intereses políticos".

El Ayuntamiento de Salvaterra celebró esta mañana un pleno a puerta cerrada, con la ausencia de los concejales de la oposición, tras suspender la sesión el alcalde por las protestas de afectados por las participaciones preferentes y trasladarlo a otras dependencias del consistorio.

Grandal ha explicado que había que celebrar el pleno porque se corría el riesgo de perder una guardería infantil con 61 plazas y porque había que enviar a Madrid "sí o sí" un plan de ajuste económico.

Fuentes de las plataformas de afectados relataron a Efe que en el acceso al salón de plenos les solicitaron que se identificasen y que, cuando iba a comenzar la sesión, pidieron la palabra para que el Gobierno local se posicionase sobre la quita a los tenedores de estos productos financieros que se aprobará mañana en el Congreso.

Entonces, Grandal suspendió la sesión y la trasladó a la secretaría del ayuntamiento, ubicada en la planta superior, adonde no podían acceder los manifestantes porque se lo impedía un cordón policial.

Los concejales de la oposición se sumaron a las protestas de los afectados en los exteriores de la casa consistorial, tras la cual acudieron a la casa del alcalde en la localidad fronteriza de Monçao "para ver si nos recibe y podemos dialogar con él", señaló a Efe Miriam Rodríguez, de la plataforma del Baixo Miño.

A la conclusión del pleno, los ediles del PP abandonaron el Ayuntamiento por el garaje en dos vehículos de la Guardia Civil.