La piscina municipal de Chapela estará gestionada por la empresa Aqualia. Fuentes municipales aseguraron que esta empresa -concesionaria del servicio de abastecimiento y saneamiento en el municipio- es la que obtuvo más puntuación en el concurso de adjudicación, al que también optaba Serviocio, la compañía que gestiona actualmente la piscina municipal de Redondela.

Tras la reunión de la mesa de contratación el pasado martes para proceder a la apertura de sobres y la posterior valoración de las propuestas técnicas, la comisión de interior informó el viernes que la oferta económica más ventajosa era la correspondiente a Aqualia, sociedad que cuenta con experiencia en la gestión de centros deportivos similares en otros municipios gallegos como Moaña y Oleiros.

Los técnicos municipales y los responsables políticos deberán ahora comprobar si la propuesta presentada cumple con los requisitos formales, como la garantía de los avales, para proceder a continuación a someter al pleno la adjudicación.

La intención del gobierno local es llevar esta iniciativa al pleno cuanto antes, por lo que se intentará incluir en el orden del día de la sesión ordinaria de este mes, con el objetivo de no demorar más tiempo la apertura del complejo deportivo chapelano.

Tras la formalización del contrato la empresa dispondrá de veinte días para la puesta en marcha de la instalación por lo que, si finalmente se lleva al pleno de este mes, la piscina podría abrir las puertas al público a finales de abril.

El Centro de Deportes Acuáticos de Chapela, ubicado en el paseo de Cardona, fue la obra "estrella" del último mandato del gobierno de Xaime Rei, que destinó a esta actuación íntegramente los 3,2 millones de euros del Plan - del Gobierno central. Sin embargo, el gasto en la infraestructura se dispararía posteriormente hasta los 5,5 millones de euros -según los datos del actual gobierno local-, pese a excluir el "spa" y la cafetería, servicios que estaban incluidos en el proyecto inicial.

El concurso de adjudicación de la piscina se convocó por tercera vez a finales del pasado año tras fracasar los dos anteriores por falta de interés de las empresas. En el último se decidió acortar el periodo de concesión a cuatro años, prorrogables otros cuatro, y el Concello acordó asumir una parte de los gastos por el consumo de agua, electricidad y biomasa de las instalaciones hasta un máximo de 120.000 euros anuales.