El proyecto para suprimir el riesgo de riadas que Augas de Galicia lleva a cabo en el municipio de Oia, cuya primera fase se encuentra en ejecución en el barrio de O Sobral, en la parroquia de Viladesuso, no tranquiliza a los afectados. El ensanchamiento del río Sobral discurre sin pegas por parte de los vecinos, que centran su preocupación en el puente de O Regueiro, un regato a apenas 50 metros del mencionado cauce, en el que se ha reducido el aliviadero con un tubo de 80 centímetros de diámetro que desemboca en un marco de hormigón cuadrado de 2,50 por 2,50 metros.

Temen que el tubo se tapone con "cualquier piedra o con ramas", dado su tamaño, pero también denuncian que desvía las aguas de forma oblicua respecto a su discurrir natural, "por lo que acabarán de nuevo sobre fincas y viviendas", explican.

A este "error" que observan en el proyecto, se suma otro que, a su juicio, "contribuirá a conducir el agua hacia las propiedades". Se trata de la variación de la rasante del vial. Las pistas existentes habían sido abiertas por los vecinos, "que conocen exactamente como trabajan las aguas, así que las llevaban hasta el regato", argumentan. "Tal y como ha quedado ahora el camino, el agua irá a los terrenos", recalcan.

Sus quejas no serán atendidas por el departamento de la Xunta, al que han presentado un escrito para solicitar la corrección de las obras. Los representantes de Augas y el alcalde de Oia, Alejandro Rodríguez, les indicaron en una reciente reunión que el proyecto es "correcto".