El polígono industrial de A Pasaxe podría reducir en una quinta parte el desempleo en la comarca del Val Miñor, que presenta 4.881 parados. La asociación de empresarios del recinto ubicado en Vincios asegura que el bloqueo urbanístico que padece el área impide la creación de un millar de puestos de trabajo. El proyecto sectorial para legalizar y urbanizar el parque empresarial fue aprobado en mayo de 2011, pero continúa en suspenso. Ni la Xunta proyecta las obras ni el Concello ha otorgado ninguna licencia de actividad a las naves. Muchas de ellas llevan tres décadas de funcionamiento en la zona de forma irregular. Hartos de la situación, los miembros del colectivo exigen a las administraciones que actúen.

Quieren ampliar sus proyectos, dinamizar la economía y generar empleo. Disponen de marco legal para hacerlo desde hace casi dos años, pero falta "la voluntad política", asegura el gerente de la asociación de empresarios, José Manuel Rodríguez Pérez.

Según explica el representante de la patronal de A Pasaxe, el Ejecutivo autonómico justifica la demora de la urbanización por falta de fondos, aunque el colectivo cuestiona estos motivos porque "se están desarrollando otros parques empresariales sin apenas demanda". "Aquí estamos asentados y en plena actividad, lo lógico sería ordenar la zona para mejorar y desarrollar nuestra actividad", recalca.

Y es que numerosas empresas ubicadas en Vincios "están rechazando trabajos por falta de espacio para llevarlos a cabo". Son firmas del sector del metal "que contratan una o dos personas al mes, cuando podrían montar naves más grandes y contratar quince personas al mes", señala.

La crisis ha afectado al polígono de A Pasaxe, pero "no demasiado", indica Rodríguez. En los últimos tres años han cerrado dos empresas de las cien existentes, aunque ambas de gran magnitud, puesto que se han perdido 1.200 empleos, un tercio del total. El área da trabajo en la actualidad a 2.400 personas.

Si su situación se regularizase y obtuviesen licencias, podrían adquirir terrenos para aumentar sus infraestructuras. La documentación en regla les resulta imprescindible, además, a la hora de obtener financiación para afrontar nuevos proyectos.

Temen además las graves consecuencias que les puede traer su situación en caso de accidente. "Si ocurriese algo grave, la responsabilidad sería para los empresarios, pese a encontrarse en circunstancias de irregularidad de forma involuntaria", advierte el gerente, quien recuerda que todos ellos "hacen frente a os impuestos como cualquier empresa legal, pero se encuentran en precario, carecen de iluminación en viales y se enfrentan a deficiencias en el suministro eléctrico y falta de caudal en el agua".