Técnicos de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras acudieron esta semana a Redondela para estudiar la situación en la que se encuentra el puente de Julián, situado en la salida del centro urbano por la carretera PO-250 hacia Reboreda. La visita del personal técnico responde a las gestiones realizadas desde gobierno local para proceder a la reparación del viaducto, en el que desde hace tres meses faltan varios bloques de piedra en uno de los extremos causados por el impacto de un vehículo.

Los vecinos de la zona han expresado en diversas ocasiones sus denuncias por el riesgo que suponen estas deficiencias para los conductores y peatones que a diario transitan por el lugar. El punto se encuentra balizado de forma provisional con unos conos y una cinta de plástico, un peligro que se añade a la escasa anchura del vial, que obliga a jugarse la vida a los viandantes que tiene que atravesar el puente para acceder o salir de la villa.

Los representantes de la consellería, que recorrieron la zona acompañados por el alcalde, Javier Bas, y el concejal de Urbanismo, Arturo González, también analizaron posibles soluciones para acometer un proyecto de ampliación del puente, una antigua demanda de los residentes de la zona y de la parroquia de Reboreda.

La mejora de este puente ya fue abordada en noviembre del pasado año durante una reunión en Santiago entre el regidor redondelano y el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández. En aquella ocasión, el responsable de Infraestruturas aseguró que su departamento estaba trabajando en el proyecto de mejora del ampliación del viaducto con el objetivo de dotarlo de una anchura adecuada, y anunció que esta actuación se "priorizaría" por parte de la consellería "en función de las disponibilidades presupuestarias".

Ya el anterior gobierno municipal, dirigido por el socialista Xaime Rei, había remitido a la Xunta un anteproyecto para la reforma del puente. También durante el mandato de Rei fue construida una pasarela peatonal de madera que discurría en paralelo al puente de Julián para solucionar el problema, aunque nunca llegó a entrar en servicio ya que afectaba en uno de sus extremos una propiedad privada y su dueño no autorizó el paso de los viandantes por esa zona. La pasarela fue finalmente retirada en el año 2006 sin lograr una solución al problema.