"Salvemos los caballos salvajes de Galicia" es la cabecera de la web que recoge firmas para reclamar a la Consellería de Medio Rural que retire el decreto equino con el fin de preservar esta especie única en el mundo. El pontevedrés Santiago Bas López la ha creado, dentro de la plataforma de activismo online Change.org, hace poco más de dos semanas y ya ha reunido más de diez mil firmas. Este clamor popular respalda las ya reiteradas reivindicaciones de las asociaciones de ganaderos de caballos miñoranas -Serra da Groba y O Galiñeiro-, que tras promover diversas protestas y recurrir la nueva ley, encuentran en internet un nuevo soplo de esperanza para lograr que la Xunta frene una normativa que ha reducido ya en un año un 23% el número de équidos en montes como A Groba, donde solo quedan mil garranos.

"El decreto dificultará enormemente la tenencia de los caballos, encareciéndola con tasas y caros microchips identificativos (más caros que los propios potros), burocratizándola y obligando a encerrar los animales en pastos registrados", advierte la página, que indica también a sus visitantes que los caballos salvajes gallegos "tienen un enorme valor biológico, por ser los únicos que quedan en el mundo. Su importancia en la ecología del monte es enorme. Y también en la tradición de los curros o rapa das bestas".

Las argumentaciones de Bas coinciden con las repetidas por los representantes de los colectivos de propietarios de garranos, que alegan no poder afrontar gastos, mientras los precios de los ejemplares caen en el mercado. Así lo han podido comprobar en las últimas ventas masivas a Portugal, en las que se paga cada ejemplar a 20 euros. La población de caballos salvajes más grande del mundo, y una de las pocas que quedan, según la Sociedad Galega de Historia Natural, se pierde en Galicia a la velocidad que se conserva en el país vecino. Porque en la otra ribera del Miño, para los mismos caballos salvajes, se ultima la declaración de la especie como patrimonio nacional.