La comarca miñorana ya no se quedará sin sus curros milenarios este año. Tras suspenderse los seis habituales en los montes de A Groba y O Galiñeiro en sus correspondientes fechas -de mayo a julio- a modo de protesta contra la Xunta, que obliga a colocar microchips de identificación a sus reses, los ganaderos de A Valga, en Oia, han decidido organizar el suyo ahora, tres meses y medio después de su convocatoria habitual. Su objetivo es evitar un incremento de la mortalidad entre los caballos el próximo invierno debido a los parásito. Así que mañana domingo, los 250 caballos salvajes registrados en la Asociación de Ganaderos Curro de A Valga serán dirigidos hacia el recinto para recibir un tratamiento de desparasitación y limpieza y, de paso, marcarlos a fuego.

Los miembros del citado colectivo aprobaron en asamblea llevar a cabo el curro mañana. Lograron el permiso municipal y un compromiso por parte de la Consellería de Medio Rural de no sancionarlos todavía por no colocar los dispositivos electrónicos a los animales. Y es que ellos también cedieron y planifican ya la implantación de los microchips en los próximos meses. El nuevo presiente de la asociación, José Fernández Martínez -sucesor en el cargo de Argentino Durán, recientemente fallecido-, explicó ayer que "los animales necesitan una limpieza porque las moscas y las garrapatas los están deteriorando y los potros nuevos tienen que ser marcados para poder identificarlos en caso de daños". Además, recalca, "una buena parte de los ganaderos quería celebrar el curro para mantener la tradición".

El hecho de llevar a cabo esta fiesta de gran interés etnográfico no significa que los propietarios de equinos de la zona estén de acuerdo con el decreto equino de la Xunta ni con la implantación del microchip. "El microchip es muy caro y no resuelve nada con respecto a las marcas a fuego, pero somos conscientes de que, tarde o temprano, tendremos que cumplir la ley".

La asociación ya tiene una lista de 75 caballos cuyos dueños están dispuestos a inyectarles el transpondedor, pero todavía no es posible hacerlo por retrasos en la tramitación. No obstante, los ganaderos de A Valga no descartan convocar otro curro extra antes de que llegue el mal tiempo para colocar los dispositivos.

"Las ´burras´ no tienen la culpa del conflicto"

El alcalde de Oia, Alejandro Rodríguez, concedió el permiso a los ganaderos para llevar a cabo el curro tras mantener reuniones a lo largo del verano con representantes de la Consellería de Medio Rural y alcaldes de otros municipios afectados, en las que se acordó la implantación del microchip de forma paulatina. De este modo, el regidor, garantizó ayer que la Xunta no intervendrá en la fiesta de mañana para multar a los ganaderos que no coloquen los dispositivos.

"Las ´burras´ no tienen la culpa del conflicto que mantienen los humanos. Están cargados de parásitos y si no se limpian, morirán", argumenta el regidor, quien asegura también que la consellería prevé convocar nuevas subvenciones para sufragar el 60% del coste de la implantación de los transpondedores en próximas fechas.