Las cinco comunidades de montes de Pazos de Borbén se han unido para hacer un frente común contra el uso de plaguicidas en sus bosques de eucaliptos para combatir el gorgojo (Gonipterus scutellatus), un pequeño escarabajo muy voraz que impide el crecimiento de los árboles.

Los comuneros de Moscoso, Xunqueiras, Borbén, Pazos y Amoedo expresan su rechazo unánime a la propuesta de industrias madereras –con la aprobación de la Consellería de Medio Rural– de realizar fumigaciones aéreas de sus bosques de eucaliptos con flufenoxuron, un pesticida empleado para la eliminación del gorgojo. Los cinco colectivos justifican su postura por la "alta toxicidad del producto empleado", como demuestra la decisión de la Comisión Europea de prohibir su uso a partir del próximo 1 de agosto, y advierten que una fumigación con masiva "tendría una grave incidencia en otros insectos, como las abejas, e incluso en la fauna acuática si se realiza en las zonas cercanas a los ríos", explica Álvaro Martínez, el presidente de los comuneros de Moscoso.

La incidencia del gorgojo en la masa forestal de este municipio es alta. Las cinco comunidades de montes de Pazos suman un total de 350 hectáreas de bosques de eucaliptos, de los que casi la mitad están afectados por esta plaga que provoca una defoliación de los árboles que impide su crecimiento normal. Sin embargo, la propuesta de fumigar gratuitamente las zonas forestales con medios aéreos realizada desde la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel e Cartón, en colaboración con la Asociación Forestal de Galicia, no convence a los comuneros pacenses. Consideran peor el remedio que la enfermedad. "Es como matar moscas a cañonazos. No se trata de un producto selectivo, por lo que causará un fuerte impacto en el ecosistema ya que, además de afectar al gorgojo, también eliminará otros insectos y tendrá incidencia en todo tipo de fauna, tanto terrestre como acuática", apunta Antonio Giménez, presidente de los comuneros de Xunqueiras.

Los colectivos de montes temen que el empleo masivo de flufenoxuron también contamine el suelo y los acuíferos. "Con la cantidad de manantiales y arroyos que existen en Pazos sería imposible que no resultasen contaminados", indica Álvaro Martínez, que hace un llamamiento a los titulares de explotaciones forestales de otros municipios para que no permitan las fumigaciones. "Deben ser conscientes del peligro que supone para el medio ambiente", concluye Martínez.