O encanta o espanta. La nueva imagen "caribeñomediterránea" de Panxón no deja a nadie indiferente. Los más viejos del lugar no acaban de acostumbrarse a convivir con las 36 palmeras de unos seis metros de altura que el Concello de Nigrán ha plantado en el lugar que ocupaban los antiguos árboles, ya secos. Los propietarios de negocios de hostelería, en cambio, las ven como un revulsivo para la zona. Creen que el cambio de look atraerá más visitantes porque la ha convertido en "un verdadero enclave turístico".

Pero "¿qué entendemos por turístico?", se preguntan los vecinos. Al menos así lo cuestiona el presidente de la asociación vecinal Monteferro de Panxón, José Luis Varela, quien tacha la plantación como "una auténtica patada en el trasero al paisaje tradicional, que es el que debemos vender". "Habría que colocar plantas autóctonas y acordes con el espacio y cuidarlas, no dejarlas deteriorarse", opina. Por contra, el representante de hostelería de la Asociación de Empresarios do Val Miñor, José Ángel González Goce, manifiesta que el paseo "ha quedado espléndido" . "Si queremos funcionar como lugar turístico tendremos que parecernos a aquellos sitios que funcionan. El que quiera vegetación tradicional, que se vaya al monte. No vamos a plantar carballos en la playa, ¿no? Nosotros animamos al gobierno local a continuar este cambio hacia playa América. Allí teníamos un paseo estupendo y ahora nos ha quedado un camino en medio de unas dunas, que se podrían haber quedado en Corrubedo", afirma rotundo.

Enfrentamiento político

El debate de la calle trasciende al ámbito político. El portavoz del PSOE, Juan González, critica que el alcalde y su gobierno hayan convertido a Panxón en el "Palmeral de Elche" y teme que sea "el principio del fin". "Después vendrá el puerto deportivo, el barco a Cíes que echará a los marineros de Panxón y algún campo de golf que destrozará definitivamente nuestro medio ambiente y nuestra idiosincrasia". El socialista no solo se ciñe al aspecto estético, sino que considera la colocación de las palmeras "un despilfarro", puesto que los árboles han costado 12.733 euros al Concello, "aproximadamente la misma cantidad destinada a fomento del empleo en todo el año, mientras que se dedican 2.500 euros a emergencia social, 208 al mes, o 600 en Medio Ambiente", protesta.

Y el regidor, Alberto Valverde, resta importancia al debate paisajístico porque lo cree "una cuestión de gustos". Simplemente justifica el cambio porque los anteriores árboles ofrecían una imagen de deterioro y afirma que se optó por las palmeras porque "buscábamos una especie que facilite la vista al mar, con bajo coste de mantenimiento y cuyas raíces no creciesen hasta romper el pavimento del paseo". Respecto a los reproches económicos del PSOE, Valverde recuerda que se han invertido 50.000 euros en el proyecto de recuperación dunar y que la promoción del empleo se hace negociando con las empresas que se instalarán en Porto do Molle. "Durante el gobierno socialista ni hubo palmeras ni se crearon puestos de trabajo. Aquí se trata de hacer gestión", concluye.