Las pesquisas acerca de las condiciones de la perrera de Vincios trascienden ya el ámbito administrativo, después de la campaña de denuncias difundida a través de las redes sociales y del debate en el último pleno de la Corporación de Gondomar. Tras investigar la situación de los animales que residen en la instalación que explota la empresa Cánidos Val Miñor, la Fiscalía de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio encuentra indicios de sacrificios incontrolados e irregulares, por lo que ha ordenado a la Guardia Civil instruir diligencias. Agentes del Seprona procedieron así a imputar al dueño del negocio, José Carlos Fernández, por un supuesto delito contra los recursos naturales y medio ambiente, así como la muerte de animales sin control facultativo de un veterinario. La imputación se extiende también a un veterinario, I.D.M.B., por un presunto delito de emisión de certificados técnicos sanitarios falsos.

El propietario de la perrera quedó imputado el pasado lunes por orden de la fiscal, al detectarse en el lugar la supuesta eliminación incontrolada de residuos –perros muertos– sin control sanitario. Según los informes de los agentes, se han descubierto varias fosas con restos de perros fallecidos en distintas fechas, dado su distinto grado de conservación, algunos de ellos muertos recientemente. Asimismo, se sospecha que allí se practica, presuntamente, la muerte de canes abandonados sin control de veterinarios, aportando informes contradictorios al respecto firmados por un facultativo.

En relación a dichos certificados, los efectivos del Seprona procedieron también a imputar a un veterinario que colabora con la empresa que, al parecer, emitió documentos que no reflejan la situación real de las prácticas ejercidas por los responsables del establecimiento de recogida de animales abandonados, especialmente los sacrificios.

Denuncias

Cánidos Val Miñor abrió la perrera en la parroquia gondomareña de Vincios hace más de una década. En los últimos años se han sucedido las denuncias por parte de colectivos de defensa de los animales respecto a un supuesto maltrato animal. Las protestas se intensificaron a mediados de 2010 en las redes sociales y se recuperaron en los últimos meses. Una oleada de unas treinta cartas de denuncia llegaron al Concello de Gondomar, que trasladó el asunto a las Consellerías de Medio Rural y Sanidade, así como al Seprona. Las misivas recogían casos de supuesta desnutrición, hacinamiento, condiciones insalubres, así como los presuntos sacrificios irregulares que ahora se investigan.

El asunto fue objeto del debate político en el pleno del pasado mes de enero a propuesta del BNG, que exigía al gobierno una investigación ante la alarma social generada en los foros de internet y medidas en caso de que se confirmen las acusaciones hacia los propietarios del establecimiento.

"Las acusaciones son falsas"

El gerente de Cánidos Val Miñor negaba ayer las acusaciones que le imputa la Fiscalía y aseguraba que los sacrificios de los canes se efectúan "con todos los controles". José Carlos Fernández lamentaba incluso la campaña de "difamación" abierta a través de internet hacia el establecimiento e insistía en que su empresa recoge perros abandonados y en malas condiciones, y que por eso se pueden observar débiles en las fotografías.

En todo caso, señalaba, "nosotros amamos a los animales y tratamos de curarlos de sus enfermedades cuando los traemos de la calle". El recinto alberga en la actualidad unos ochenta perros recogidos en los concellos de Baiona, Nigrán, Gondomar y Tomiño.