Los daños causados en el yacimiento arqueológico de Monte Penide por el uso de maquinaria pesada durante unas tareas forestales ha puesto de manifiesto la necesidad de poner en marcha medidas de protección de las mámoas y petroglifos que componen este espacio.

El alcalde redondelano, Javier Bas, visitó el pasado sábado la zona para comprobar personalmente los daños irreparables en uno de los 32 túmulos catalogados en este parque megalítico, uno de los más importantes de Galicia. El regidor lamenta este tipo de agresiones al patrimonio cultural, en este caso realizada con toda probabilidad por desconocimiento de la presencia de los restos arqueológicos, y propondrá a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural una actuación en la zona para señalizar los distintos elementos que componen esta necrópolis neolítica conocida como Chan da Cruz o Chan das Formigas, de unos 5.000 años de antigüedad y declarada conjunto histórico-artístico en 1970.

Además, Bas también confirmó que en los próximos días mantendrá una reunión con las directivas de las cuatro comunidades de montes afectadas por el yacimiento –Cedeira, Trasmañó, Cabeiro y San Esteban de Negros–, así como otros colectivos sociales y vecinales, para tratar de sensibilizarles sobre la importancia de los restos de la zona y acordar un protocolo de actuación para que no se vuelvan a producir este tipo de daños.

La asociación cultural Alén Nós denunció los hechos la semana pasada ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y el Concello de Redondela al comprobar que unos trabajos de tala realizados con un tractor arrasaron por completo una mámoa.

La voz de alarma la dio el historiador Xosé Couñago, especialista en patrimonio arqueológico y etnográfico. Entre los restos encontrados en el lugar destaca un hacha tallada del periodo Neolítico y también se localizaron restos de cerámica de épocas posteriores. Además, la maquinaria también arrancó un marco parroquial de piedra, que se utilizaba para delimitar Cedeira y Trasmañó, y que se encuentra tirado en las inmediaciones.

No es la primera vez que se producen este tipo de agresiones al patrimonio arqueológico de Monte Penide. El pasado mes de julio, tanto Alén Nós como el colectivo ecologista Verdegaia advirtieron de movimientos de tierra en montes de Cedeira con maquinaria pesada, en una zona cercana a túmulos y petroglifos, y en 2007 se denunciaron daños causados por un tractor en dos mámoas.

Además es frecuente ver a aficionados a la bicicleta de montaña y motocross pasando por encima de petroglifos, un problema que se evitaría si estuvieran debidamente señalizados.