Los ganaderos de la comarca miñorana que dispongan de caballos en las 500 hectáreas de monte de la parroquia de Viladesuso, en Oia, tendrán que llevarse sus reses a otra parte antes de que termine esta semana. Así se lo exige la comunidad de montes de la zona por razones de "seguridad". El recinto habilitado por los comuneros para el desarrollo de un proyecto de explotación de carne ecológica sufrió el pasado fin de semana un nuevo atentado y el cierre metálico quedó destrozado en varios tramos, por lo que el ganado que pastaba en su interior puede salir de la zona acotada y causar accidentes de tráfico o destrozos en fincas particulares.

Un centenar de equinos criados en libertad y unas cincuenta vacas pastan en el recinto, pero son los caballos –también denominados "burras" – los que comportan más riesgos, según explica el presidente de la comunidad de montes de Viladesuso, Rafael Lomba, quien comunicó el lunes a los ganaderos que debían desalojar a las reses de los montes de la parroquia. "Lo lamentamos mucho, pero tenemos que pedirles que los retiren porque se trata de una cuestión de seguridad pública. Nosotros tenemos que velar por los intereses de la comunidad y sin un cierre en condiciones no podemos garantizar la seguridad de los vecinos, sus propiedades y las personas que pasen por aquí con sus vehículos", explica.

Microchip necesario

Lomba insiste en que los comuneros son los responsables últimos de los daños que puedan causar los animales, en caso de que no aparezcan sus dueños o no se encuentren debidamente identificados, porque habitan en sus terrenos. El asunto recuerda la polémica del microchip que la Xunta pretende implantar en los animales para asegurar su identificación, un dispositivo que los comuneros consideran "necesario" para dirimir responsabilidades en caso de incidencias.

En cualquier caso, señala Lomba, la expulsión de los caballos es provisional. En cuanto se repare el cierre, las investigaciones permitan dar con los responsables de su ruptura y se pueda garantizar que las "burras" vuelvan al monte de forma segura, regresarán.

Las vacas podrán quedarse porque su movilidad es menor. El presidente de la asociación de ganaderos de vacuno de la zona, Eugenio Portela, asegura que los dueños de las reses acuden cada día a la zona para controlarlas.

Mientras tanto, los propietarios se preparan para conducir este sábado a los caballos a otros lugares. Lo difícil será lograr que no regresen a sus pastos de origen, según explican ganaderos del entorno, dispuestos a cumplir con las exigencias de la comunidad de montes de Viladesuso, aunque no las compartan. El presidente de la asociación de ganaderos de caballos de A Groba, Modesto Domínguez, espera que la situación no se extienda a otras sociedades mancomunadas, ya que "podría provocar una auténtica guerra entre comuneros y propietarios de caballos".