Lejos de las superproducciones hollywoodienses de moros y cristianos que ostentan algunas localidades del sureste peninsular como Villajoyosa, Alcoy o Alicante, llega a hacerles la competencia, en pleno mes de agosto, una de las doce parroquias del municipio gallego de Mondariz: Mouriscados. Durante dos jornadas intensas, sus habitantes realizan una procesión en la que se suceden las diferentes danzas típicas del pueblo a cargo de un grupo de ocho jóvenes, grupo que desde hace sesenta años el cura de esta parroquia decidió que fuera igualitario en hombres y mujeres; antes sólo bailaban los hombres.

Para los ajenos a este festejo, si miran a lo alto, no verán escuadrones de cristianos o batallones de moros descendiendo de las laderas, pues aquí, los únicos actores elegidos en el cásting para el acto primordial, consistente en una batalla y la posterior conversión a morisco, son exclusivamente dos: un moro y un cristiano, en este caso los vecinos Ángel Herrero y Eloy Fernández. Poco más que una cadena, una espada y un discurso, con el que batallan con la palabra tal y como se hace en las "regueifas", les hace falta a ambos protagonistas para bautizarse en conversor y convertido haciendo así felices a los habitantes de Mouriscados, que esperan esta fiesta anual con impaciencia.

Hermosinda González Pazos, vecina de esta localidad de más de cien habitantes comenta: "Estoy orgullosísima de pertenecer a Mouriscados, aquí nací, me casé, tuve a mis hijas, y a pesar de que estuve viviendo en Suiza, esto no lo cambio por nada del mundo". Hermosinda calcula que esta representación del moro y el cristiano tiene más de 200 años de tradición en esta pequeña localidad, donde tiene cabida todo aquel que quiera participar de la fiesta y pasar una jornada agradable.

Tras la procesión y la merienda popular se celebran unos juegos para niños y mayores, que en la víspera de ayer culminaron con la actuación del grupo "Contraste", nombre a conjunto con el original festejo de Mouriscados, muy distante de las tradicionales ferias gastronómicas que se suceden en tiempos estivales a sus alrededores. Junto con Mouriscados, la peculiar "batalla" entre el moro y el crsitiano también se celebra en la romería de septiembre de A Franqueira, y la letra de los discursos fue recuperada en su día por el poeta gallego Ramón Cabanillas.