Semana negra para el patrimonio histórico en la comarca miñorana. En sólo siete días, tres yacimientos arqueológicos han sufrido diversos daños. Tras el ataque contra el petroglifo en forma de barco del río Vilar, en la parroquia de Pedornes, en Oia, con yeso y otros materiales químicos, llegó la zanja abierta por la Consellería de Medio Rural a centímetros del petroglifo de Os Vermús, en el conjunto arqueológico de Auga da Laxe, en la parroquia gondomareña de Vincios. Ahora, arqueólogos del entorno han descubierto una nueva acción devastadora de dicho departamento de la Xunta. La ampliación de una pista forestal en la parroquia oiense de Loureza, concretamente la que comunica A Valga con O Rosal, ha arrasado un hallazgo prehistórico inventariado como Achado do Alto da Cunchada, con unos 5.000 años de antigüedad, según la ficha de catalogación.

Las máquinas que nivelaron el vial pasaron por encima del yacimiento en el que han aparecido piezas líticas y cerámicas datadas entre el Neolítico y la Edad de Bronce, por lo que los expertos presumen que existió un asentamiento poblacional de la época en la zona. El punto se encuentra además enmarcado en las Chans da Valga, un entorno relevante desde el punto de vista arqueológico, ya que presenta hasta catorce mámoas, cuatro de ellas ya dañadas en los últimos años por diversas aperturas de pistas.

Denuncia

Esta última actuación de Medio Rural resulta “sangrante” para los investigadores del Instituto de Estudos Miñoranos (IEM), ya que es la segunda en tan sólo tres días sin coordinación con la Dirección Xeral de Patrimonio. “Tén que haber comunicación entre as consellerías. Calquera sabe que hai que consultar o inventario de Patrimonio antes de levar a cabo calquera proxecto. Así se lle esixe aos veciños ou entidades e a Administración ten que dar exemplo: O patrimonio arqueolóxico forma parte das nosas raíces como pobo e hai que respetalo”, denuncia Xosé Lois Vilar, arqueólogo del IEM.

Infracción grave

Al igual que en el caso de Auga da Laxe, la acción de Medio Rural en A Valga, supondría una infracción grave según la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia. La norma prevé sanciones de entre 60.000 y 150.000 euros para este tipo de agresiones “en bienes catalogados sin la preceptiva autorización de la Consellería de Cultura”.