El barrio de Hervillás, en la parroquia gondomareña de Vincios, vive conmocionado desde hace semanas por los malos tratos que algún ganadero sin identificar inflige sobre sus caballos salvajes. Los vecinos han detectado al menos dos casos de animales con trabas en las patas, prohibidas por ley y castigadas con multas a partir de 3.000 euros, y otra yegua malherida en una de sus extremidades. De todo ello dieron parte al gobierno municipal. La Concejalía de Medio Ambiente, que dirige Carlos Cabaleiro, ha abierto una investigación y ha trasladado el caso al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), que ayer mismo envió una patrulla al lugar.

Hace un mes que el entorno registra una afluencia anormal de caballos procedentes de los montes. Los animales causan daños en fincas y graves riesgos de accidentes en la carretera que une Gondomar con Vincios, pero la situación se hizo insostenible el pasado fin de semana. Jorge Araújo, vecino de Hervillás, recibió la visita de dos ejemplares en su finca durante toda la jornada. Uno de ellos, la hembra, presentaba una fractura en la pata delantera derecha, con el hueso partido al aire. El otro, explicaba ayer, caminaba a duras penas debido a la cuerda que le unía una extremidad anterior con otra posterior. "Pero aínda hai outro máis con trabas que estivo pola rotonda de Vilaza na fin de semana", relataba.

Efectivos de la Policía Local gondomareña buscaron a los caballos el lunes sin éxito. Ayer localizaron al animal herido, aunque descartaron que la fractura de su pata tenga que ver con el maltrato, ya que pudo rompérsela contra una piedra. Enseguida llamaron a un veterinario para que lo examinase. El profesional certificó la necesidad de sacrificarlo y así lo hizo, a través de una inyección letal al mediodía. El cadáver quedó en una finca a la espera de que hoy llegue un equipo de Sanidade Animal de la Xunta para llevárselo. Operarios municipales tendrán que acceder al lugar antes con una pala para recogerlo y colocarlo en un lugar más accesible, dado que se encuentra en una parte pedregosa del monte.

La muerte inducida al equino herido facilitó incluso la búsqueda de los ejemplares maltratados. Uno de ellos se aproximó al sitio minutos después de la intervención del veterinario y allí permaneció durante horas. El concejal Carlos Cabaleiro aseguró que su departamento tratará de cortar la cuerda que dificulta los desplazamientos del animal y de liberar a otros en su misma situación.

Asimismo, el edil insiste en que tanto la Policía Local como el Seprona rastrearán las pistas "ata dar co autor destes feitos para que todo o peso da lei caia sobre él". Por el momento, la Guardia Civil ha recogido declaraciones de vecinos que apuntan a un ganadero, pero no existen pruebas que puedan incriminar a nadie, dado que los animales carecen de las marcas que exige la ley.