Las investigaciones realizadas hasta el momento por la Policía Judicial de la Guardia de Pontevedra sobre la desaparición del empresario porriñés Felisindo Silva Quintela apuntan ya en la única dirección de la marcha voluntaria, según ha podido saber FARO DE VIGO de fuentes cercanas a la investigación.

La desaparición del empresario fue denunciada por su esposa el pasado 9 de febrero en el cuartel de la Guardia Civil de Porriño y a partir de la misma se abrió una investigación policial. En un primer momento se especuló con que podía tratarse de un secuestro pero en los últimos días las investigaciones apuntarían a que su marcha fue voluntaria, sin que se conozcan las motivaciones de misma.

Incluso, fuentes consultadas por nuestro periódico apuntarían a que el ciudadano podría haber viajado a Portugal de forma libre.

En un primer momento, la Guardia Civil llegó a pensar que se trataba de un secuestro pero dejó abiertas otras hipótesis que ahora apuntan claramente a la marcha voluntaria.

A la teoría se llegó tras no haber detectado indicios de uso de violencia ni de ningún tipo de delito en torno a esta desaparición, así como después de acceder a diversa documentación de la empresa.

En todo caso, la investigación siempre se desarrolló con totales garantías para no vulnerar derechos fundamentales del empresario, ya que la hipótesis de la marcha voluntaria se contempló desde un primer momento.

El empresario, cuya pista se pierde el pasado día 9, es el propietario de una firma de desguaces en Cerquido (Porriño), en el límite con Salceda de Caselas y Tui, a la vez que se dedicaría también a negocios relacionados con la importación de vehículos, según los datos que manejan las fuerzas de seguridad.

La Guardia Civil trató de encontrar un nexo entre la extraña desaparición del empresario y sus negocios.

Los familiares directos de Felisindo, su hijo y su mujer, con los que FARO DE VIGO se puso en contacto, manifestaron en su momento su decisión de guardar silencio sobre el caso a la espera de un avance en las investigaciones.

Por otra parte, en las declaraciones que realizaron ante la Guardia Civil no habrían aportado dato alguno que pudiera dar pistas para resolver lo ocurrido.

El empresario, de procedencia argentina y de nacionalidad española residía en la actualidad en Mos.