Agentes de la Policía Local de Porriño desalojaron ayer por la tarde a los ocupantes de una casa que había sido denunciada por los vecinos del barrio de San Sebastián como supuesto punto de distribución de droga en la zona. Tras el desalojo, a media tarde, una excavadora derribó el tejado del edificio, que amenazaba ruina, y fueron tapiadas las puertas y ventanas, según informó a FARO un portavoz de la Asociación de Vecinos.

Los vecinos se mostraron ayer muy contentos por la decisión municipal, realizada sin comunicación previa ni publicidad, que culmina un largo proceso de denuncias y que incluso en agosto de 2008 movilizó por las calles de la localidad a numerosos afectados.

Según la asociación vecinal de San Benito y San Sebastián, la casa tapiada era usada para la venta de droga desde hace varios años, aunque la Guardia Civil nunca se encontró en la misma cantidades de estupefacientes importantes. De hecho indican que la zona "era tranquila hasta que se instalaron en esta casa abandonada estas personas". Los vecinos denunciaban que numerosos drogadictos se acercaban diariamente a la casa a comprar mercancía y "éramos espectadores de primera fila de la existencia de ese supermercado de droga".

Ayer, un portavoz de la asociación vecinal afirmó que "ya han pasado dos años desde que se constituyó la Asociación y uno de los motivos más importantes por los cuales había nacido la misma era precisamente el erradicar el tráfico de drogas y el problema de la drogadicción, así como con los okupas que eran parte importante del deterioro de estos barrios".

Además añadieron que "durante años fueron muchas las denuncias y demandas en el Ayuntamiento a la corporación saliente, por parte de los vecinos y posteriormente de la Asociación, para que mediaran en esta cuestión, sin que se hubiese hecho nada al respecto".

"Hoy será un día recordado por todos los vecinos, era patente la felicidad y las muestras de gratitud de todos los miembros de la Asociación y hacia la nueva corporación municipal, como dijo Nelson Santos que no le iba a temblar el pulso, lo ha demostrado", añaden.

Los vecinos indicaron que ahora "esperamos que se restituya la paz y la tranquilidad en la zona" y anuncian que "seguiremos con nuestras reivindicaciones siempre pensando en el bien común y en cómo solucionar los problemas de nuestros barrios".

Además, y de acuerdo con las denuncias realizadas en 2008, el vecindario afirmó padecer diariamente las secuelas de la venta de droga en sus barrios. "Somos objeto de robos y vivimos con el miedo de que algún día pueda ocurrir una desgracia de la cual no nos queremos lamentar", aseguró en su momento el presidente Juan Manuel Areal.