Cinco años con una inversión paralizada son demasiados. La propietaria del monasterio de Oia, la firma viguesa Vasco Gallega de Consignaciones, pretende impulsar de forma definitiva el desarrollo de su proyecto hostelero en el conjunto histórico para rentabilizar los más de dos millones de euros empleados en la compra del inmueble ya en noviembre de 2004. Ante la ausencia de servicios básicos en la zona y la parálisis del desarrollo del Plan Xeral del municipio, la empresa se ve obligada a buscar alternativas de suministro de agua con el fin de garantizar la obtención de la licencia de primera ocupación y poner en marcha las obras para abrir en un año. Técnicos contratados por la consignataria realizan un estudio pormenorizado de los pozos artesanales existentes en el entorno del cenobio en busca de un abastecimiento suficiente para cumplir la normativa y lograr los permisos pertinentes.

Así lo explica Juan Martínez, gerente de Vasco Gallega y su filial Residencial Monasterio de Oia, que se centra en el desarrollo del complejo hostelero. El grupo se ha cansado de esperar por unos planes del Ayuntamiento que nunca llegan y ha tomado la iniciativa. Martínez confía en que "la cantidad de agua existente en las fincas próximas baste para garantizar el suministro. Allí se concentran las bajantes de varios montes".

Rehabilitación en mayo

El trabajo que elaboran los técnicos esta semana permitirá, según las previsiones de la propiedad, conseguir las licencias necesarias para poner en marcha las obras del proyecto de rehabilitación del conjunto histórico con el fin de convertirlo en complejo hostelero de ocio el próximo mes de mayo. Martínez espera poner en funcionamiento el próximo año una parte del proyecto: el centro de convenciones y congresos, que se ubicará en la parte sur del edificio, donde estarán también las cocinas e infraestructuras de servicio.

La parte destinada a los huéspedes, un hotel monumento de cuatro estrellas con 72 habitaciones, se desarrollará en una fase posterior, al igual que el centro de talasoterapia y el residencial de apartamentos geriátricos. Quedaría pendiente también la recuperación de la huerta monacal de 4.000 metros cuadrados para completar un complejo "comprometido con el medio ambiente", según señala el proyecto, que deberá buscar asimismo una solución de saneamiento y superará los 27 millones de euros en total, según los cálculos de Juan Martínez.