El sexto puente entre Galicia y Portugal, en la parte baja del río Miño, es viable y comunicaría el futuro vial de altas prestaciones Tui-A Guarda, a la altura de O Rosal, con el enlace de la autopista portuguesa A-28, en la parroquia portuguesa de Lanhelas (Caminha).

Así lo confirma el estudio inicial licitado por la comisión urbana Valimar de la que forman parte los municipios portugueses de Caminha, Viana do Castelo, Ponte de Lima, Ponte da Barca y Arcos de Valdevez. Luís Miguel Matos, directivo de Valimar-ComUrb, confirmó la conclusión de los estudios realizados dentro del proyecto Interreg III A, ACCESS.

Por su parte, la presidenta electa de la Cámara Municipal de Caminha, Júlia Paula Costa, defiende este proyecto como "una obra estructural clave para Caminha y para sus relaciones con Galicia".

El vicepresidente electo de la Cámara camiñense, Famiano Gonçalves Martins, era ayer quien comunicaba la viabilidad del puente e informaba del cambio de ubicación, en relación a la primera propuesta pensada entre Caminha y A Guarda. "Las razones son técnicas, para enlazar con la autopista A-28, en Lanhelas. Si se hiciese entre Caminha y A Guarda sólo enlazaría con carreteras nacionales".

El estudio valida que la salida del puente se realice en el futuro vial de altas prestaciones Tui-A Guarda, a la altura de O Rosal. "Se analizó la situación de España", afirma.

Como explica Martíns, después de conocerse estos resultados "no hay plazos establecidos, pero intentaremos sensibilizar a los Gobiernos de Portugal y de España sobre la necesidad de ese puente, dado que el ferry boat entre A Guarda y Caminha no es viable", dijo, refiriéndose a la extracción de arena del río que conlleva. Sus valedores ante el Gobierno portugués serán la comisión urbana Valimar, de la que forma parte la Cámara camiñense y la Comunidad Intermunicipal do Alto Minho. "Estos colectivos serán los transmisores de esta inquietud ante el Gobierno portugués".

Valimar sacó a concurso público el estudio de viabilidad en el año 2007, aunque el proyecto de puente que se situaba inicialmente en la desembocadura del Miño no ha tenido resonancia en la Xunta de Galicia y ha tenido poco peso a nivel de Estado.

El Congreso de los Diputados aprobó unánimemente, en el año 1999, una proposición no de Ley presentada por el grupo socialista para instar al Gobierno a promover los acuerdos internacionales, siempre que la Xunta de Galicia considere de interés la construcción. Con fecha 2 de marzo de 2002, el Senado rechazó la proposición no de Ley para la construcción del puente entre A Guarda y Caminha, presentada por el grupo parlamentario del BNG.