A una "vena fascista" achacaron ayer los organizadores del homenaje a los "nueve de Baredo" la denegación por parte del Concello del permiso para instalar una placa en su memoria en el cementerio baionés. La comisión Volta dos Nove había previsto conmemorar así el 73 aniversario de sus muertes en la fosa común donde supuestamente fueron trasladados los cuerpos tras su fusilamiento en A Bombardeira en octubre de 1936.

Reunida de urgencia el pasado viernes, la junta municipal de rendición de honores (integrada por siete ediles de la corporación) decidió no conceder la autorización al aducir que "no existe constancia documental" de la presencia de los cuerpos en el camposanto baionés. La resolución, adoptada por mayoría con los votos de PP y Coalición Miñorana, fue en cambio rechazada por PSOE y BNG.

Ana María Rodríguez, presidenta de la comisión, reconoció que las excavaciones realizadas el pasado mayo en el cementerio resultaron infructuosas en la búsqueda de los cuerpos, pero"existe la certeza absoluta de que los enterraron aquí después de matarlos", explicó.

Por su parte, el portavoz municipal del PSOE, Rafael Lores, recordó que el cementerio municipal "es el lugar donde honrar la memoria de los baioneses, no otro" y calificó de "desprecio hacia las familias" la actitud del gobierno local en este caso.

Del mismo modo se expresó Xosé Enrique Fernández, portavoz del Bloque Nacionalista Galego, quien consideró una "cobardía absoluta que el gobierno encubra sus reminiscencias franquistas convocando la comisión de honores".

Aunque no se colocó la placa, el acto conmemorativo se celebró en el camposanto baionés con la asistencia de más de un centenar de personas, entre ellas numerosos familiares de los homenajeados, que dejaron flores sobre la fosa donde se cree que pueden estar enterrados.

Acto en Baredo

Los actos en recuerdo de los "nueve de Baredo" continuaron por la tarde. En torno a las 18.00 horas, el monumento erigido en el lugar donde fueron asesinados, en la carretera de Baiona a A Guarda, fue escenario de un homenaje organizado por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), puesto que varios de los fusilados eran miembros de esta organización.