Centenares de redondelanos renovaron ayer, festividad local, su devoción por el Santísimo Cristo de la Agonía, en una multitudinaria procesión que durante más de dos horas recorrió la villa entre la iglesia de Santiago y el convento de Vilavella.

Casi todos portando una vela y algunos con visible emoción, los vecinos acompañaron al “Cristo de los Navegantes”, así denominado por la protección que se le atribuye a las gentes del mar. De hecho gran número de devotos proceden de la parroquia marinera de Cesantes.

Ritmo pausado

A paso lento, con el ritmo marcado con bastones por los portadores de la imagen, y la Banda de Música Municipal, la marcha transcurrió solemne por el casco antiguo de la villa y sus principales calles. El concejal de Cultura, Eduardo Reguera, encabezaba a los representantes de la corporación municipal.

El buen tiempo animó en la jornada festiva a sumarse a la comitiva a numerosos fieles de todas las edades, bien como muestra de agradecimiento al Cristo, para pedir su intercesión o por respeto religioso.

La procesión transcurrió sin incidentes salvo los desvíos del tráfico rodado que indicaron la Policía Local y Protección Civil.