La colocación de las vallas de la carretera que da servicio a la promotora Portolys para llevar a cabo obras en su urbanización abrió la polémica ayer entre los vecinos del entorno, que la utilizaban para acceder a sus viviendas de forma provisional, el grupo municipal del BNG y el gobierno local. La pista estuvo cerrada unas 24 horas, desde el mediodía del miércoles hasta ayer, y algunos residentes se presentaron en el concello para pedir explicaciones, mientras que los nacionalistas presentaron un escrito por registro en el que solicitan la “restitución da legalidade”.

La Policía Local, por orden del gobierno municipal, instó ayer a media mañana a la promotora a retirar las vallas y dejar el vial libre, por lo que los vecinos ya pudieron utilizarlo durante el resto de la jornada, pese a que la pista “no es pública”, según asegura el presidente de la comunidad de montes de Baiona, Manuel González Marcote.

El vial fue en origen una pista forestal acondicionada para el paso de tráfico pesado cuando comenzaron las obras de la urbanización. La sociedad mancomunada firmó un convenio con la promotora Portolys por el que cedía el paso a los vehículos pesados a cambio de varias compensaciones. Una vez terminadas las obras, los comuneros pidieron a la constructora que cerrase de nuevo el vial porque estaba siendo utilizado por numerosos vecinos pese a su titularidad privada. El acceso volvió a abrirse, señala Marcote, para la inauguración de la calle Vila do Bispo en la Festa da Arribada y el pasado martes se cerró de nuevo abriendo la polémica. El presidente de los comuneros recuerda que los residentes deben acceder a la urbanización por la calle Loureiral.

El gobierno local considera que el acceso debe ser libre. El propio alcalde, Jesús Vázquez Almuiña, manifestó ayer que la pista no es privada, sino de servicio.