Antigüedades de gran valor adornan desde hace pocos días las dependencias del Concello de Baiona. A los arcones y el armario que asombraban a los visitantes, se suman ahora otras diez piezas elaboradas entre los siglos XVII y XVIII. La Concejalía de Cultura ha invertido 6.000 euros en la restauración de estos muebles, que llevaban cerca de cuatro años en el taller ourensano Ábside, que dirige Carmen Acuña, a la espera de partidas disponibles para llevar a cabo su recuperación. Cuatro bancos tapizados, otros dos tallados, un sillón de corregidor, otro con reposabrazos, una silla y un blasón completan esta tanda de objetos ya recuperados, a los que se sumarán más adelante un cuadro mural de cinco metros de largo y otros enseres.

El departamento municipal los rescató de las propias dependencias de la casa consistorial y de la biblioteca, edificio que albergó el hospital Sancto Espíritu, donde se encontraban en mal estado de conservación. Así lo asegura la restauradora que realizó el trabajo durante los últimos cinco meses. De hecho, los bancos que ahora decoran el salón de plenos y los pasillos, tapizados en rojo, estaban expuestos a las goteras del antiguo centro sanitario. Por suerte, están fabricados en una madera tropical muy resistente, que ni siquiera presentaba ataques de insectos xilófagos, según explica Carmen Acuña, lo que facilitó la “curación de sus males”. Por el material en que están hechos, la profesional cree que estos muebles provienen de Cuba o algún otro país americano.

Las demás piezas sí habían sido pasto de los xilófagos, por lo que tuvieron que recibir tratamientos de desinsectación además de las propias tareas de retirada de barnices, limpieza y nutrición de la madera. En el caso de la bancada con el respaldo tallado con el escudo de Baiona y las carabelas como alusión a la Arribada de la Pinta, su madera de castaño resulta propicia para estos daños. El sillón del corregidor, con interesantes tallas también en su respaldo, el otro con reposabrazos y la silla se encontraban en condiciones similares, por lo que coincidieron en el tratamiento. Por último, el blasón contaba con una capa de purpurina oxidada y se retocó con polvo de mica.