Pasar la noche sobre unas tablas en el río Tea puede parecer duro y peligroso, sin embargo para muchos pescadores es una afición con la que disfrutan año a año y la vigilia no les supone un gran esfuerzo. Pescar lamprea en el Tea está permitido hasta el próximo 30 de abril, cuando se cerrará la temporada.

En este río se utiliza la fisga, a estilo de los indios americanos; se trata de una vara larga con púas punzantes de hierro en la punta. Sólo la práctica otorga la habilidad suficiente en este arte para conseguir pinchar lampreas. “Non te podes anticipar, nin retrasar, se te precipitas, escapan, hay que estar tranquilo”, explica José Ángel Pérez, un vecino de Salvaterra que lleva veinte años pescando lampreas. Él empezó con trece años en la barca de unos vecinos en el Miño y ahora comparte estacada en el Tea con tres amigos: Tomás, Javier y José.

Este año, no han tenido suerte con la zona que les ha tocado. “No sorteo fomos os penúltimos en escoller e a que nos tocou, a 34, xa sabiamos que era mala”. Al estar alejada de la desembocadura, las lampreas más madrugadoras se las quedaron ya los pescadores de las primeras estacadas y a ellos no les llegaron hasta marzo. “Unha boa noite para nós é na que collemos dúas lampreas, con iso xa nos damos por contentos”, explica el pescador. No obstante, para este cuarteto la pesca no es un modo de ganarse la vida, si no una diversión.“Facemos churrascadas, levamos un termo con café... o que queremos e que nos dean para probar e regalarllas a familia e ós amigos”, comenta.

El horario de pesca en estacada es restringido, está abierto de 21.00 a 8.00 horas, sin embargo son demasiadas horas para aguantar sin dormir, aunque hayan instalado luz desde la orilla del río. “Nós nunca marchamos antes das tres da mañá, en grupo pasámolo ben e non nos da o sono”, reconoce.

La estacada sobre la que se colocan para pescar es una especie de puente hecho a modo de andamio sobre las aguas del río, con hierros y tablas que ellos mismos han construido. “Puxémola nós e por iso temos a seguridade de que non romperá”, afirma.

A pesar de ser un año de abundantes lampreas, los ejemplares del Tea se cotizan más alto que las de otras zonas. “Para chegar aquí tivo que nadar máis e ben máis batida, por iso a lamprea do Tea é tan rica”.

Las lampreas del Tea se venden a precios de entre 20 y 30 euros. “Noutras zonas que se vende máis barata é porque é máis pequena ou é francesa”, explica José Ángel Pérez.

Pinchar una lamprea con una púa no garantiza que la hayas atrapado, son tan resbaladizas que pueden soltarse y seguir su curso a pesar de estar heridas. “O 90 por cento das que se fisgan, escapan, pero, mentres estean na auga cicatrizan e siguen vivindo, de feito moitas das que collemos vemos que teñen marcas ou anzuelos de teren sido pinchadas xa”.