La manifestación conjunta "Pola defensa do territorio e da nosa calidade de vida" que ayer protagonizaron cerca de 2.000 personas colapsó los accesos a Redondela entre gritos contra Fomento y el Concello. Vecinos afectados por diferentes obras y proyectos sumaron sus voces en una marcha convocada por 25 colectivos y a la que se sumaron varios ediles del PP y el Partido Galeguista, en la oposición.

Pancartas contra la autovía, las obras del AVE, el proyecto de polígono industrial en Saxamonde y de la cantera en Amoedo, las antenas de telefonía de Cesantes, la ampliación de la AP-9 y los rellenos en Chapela, entre otras críticas con los concejales del gobierno local o llamando a la unidad vecinal y a la defensa del monte, desfilaron durante hora y media por la villa. La carretera N-550 quedó cortada por el paso de la manifestación, lo que obligó a la Guardia Civil de Tráfico, Policía Local y efectivos de Protección Civil a controlar la circulación de vehículos.

Pilar Vidal, una redondelana "no afectada" que se solidarizó con la protesta, señalaba que de todas las reivindicaciones "me molesta sobre todo que quieran aterrar miles de metros en la ría" en alusión al Puerto de Vigo.

En otro grupo procedente de Pontesampaio y Soutomaior, el presidente de la Agrupación de Naseiros, Antonio Álvarez, expresaba su temor a que la construcción de la futura A-57 provoque "vertidos ao río Verdugo e ao mar como xa está pasando coas obras do AVE". Según comentó, "o problema máis grande que temos coa autovía é o Concello de Redondela, por posicionarse a favor da alternativa 5. Nadie entende por qué queren unha autovía paralela á outra".

"Se hacen declaraciones de impacto ambiental a medida de los proyectos, y luego la obra ocupa tres veces más espacio", se quejaba Manuel Fernández, un vecino de San Esteban de Negros afectado por el AVE.

Al término de la marcha, unas 500 personas atendieron a la lectura de un manifiesto. Félix Calvo, de la Plataforma contra la Autovía, dijo que "o que nos fai confluir aquí é o descontento xeralizado pola falta de vontade política de chamar aos veciños antes de presentar os proxectos, a política de feitos consumados e logo botar balóns fóra, dicindo que a competencia é doutros".