Más de un centenar de personas de etnia gitana vinculadas al comercio ambulante se manifestaron ayer por el centro urbano de Cangas en protesta contra el nuevo reglamento del mercadillo aprobado por el Concello, que limita el número de plazas a las cooperativas, el régimen de trabajo en el que se organizan la práctica totalidad de los gitanos. Detrás de pancartas con las leyendas "En contra del desprecio y la discriminación política" o "¡Protección parlamentaria ya!", los manifestantes partieron de la Alameda Vella y se dirigieron por el paseo de Castelao, cortando el tráfico, hasta la casa consistorial, donde escenificaron una merienda con pan, leche y galletas acompañada de consignas como "Basta ya, nuestros hijos comen pan" o "Basta ya, queremos trabajar". Tres cuartos de hora después de empezar, los participantes ponían fin a la protesta sin provocar incidentes, y avisando que "la próxima vez seremos más", hasta lograr modificar el reglamento.

La manifestación de ayer duplicó en asistentes a la de la semana anterior. A las seis menos cuarto de la tarde, el presidente del Goberno Galego do Pobo Xitano, Sinaí Giménez, repartió silbatos entre los congregados y dio orden de comenzar la marcha desde Eduardo Vincenti hacia el reloj de la alameda. Frente a la estación de autobuses, la Policía Local cortó el tráfico para permitir el paso de los manifestantes, que ocuparon la carretera hasta la Praza da Deputación, enfrente del consistorio. Allí instalaron un pequeño puesto en el que un grupo de niños escenificó una merienda con pan, galletas y leche, mientras los adultos repetían las consignas contra el reglamento del mercadillo e instaban al edil responsable, Óliver Álvarez, a cambiarlo: "¡Señor concejal, queremos trabajar!".

La Policía Local recordó a los convocantes que el permiso de la Subdelegación del Gobierno era para manifestarse por las calles, pero no para concentrarse ante el consistorio y mantener el tráfico interrumpido, por lo que estos decidieron emprender el camino inverso hasta la Alameda Vella. Los agentes municipales cerraron provisionalmente la calle Eduardo Vincenti y desviaron el tráfico interior por la Praza do Progreso y Alfredo Saralegui. "Lo de hoy ha estado muy bien; ahora vamos a empezar a negociar con el Ayuntamiento y todo va a salir bien", señalaron los convocantes.

Sinaí Giménez realizó una valoración "muy positiva" de la protesta y cifró en 150 las personas que acudieron a la convocatoria, pero aseguró que el colectivo está "muy organizado" y que duplicarán el número de asistentes en cada nueva convocatoria. "En la primera fuimos 60 o 70; en esta segunda, el doble; en la tercera seremos 300, y si no se soluciona antes, en la cuarta seremos 600", avisó el presidente del colectivo, quien matizó que, "cuando ya hay mucha gente es imposible controlar a todos, y lo mejor es evitar desórdenes públicos y enfrentamientos". No obstante, aboga porque el Concello cambie "la normativa de mercadillo más salvaje de toda España", e instarán a la Xunta a actuar para evitar "esta marginación".