Ya llegó la nieve. A Cañiza se despertó ayer bajo un manto blanco. El descenso de temperaturas padecida por los vecinos tuvo recompensa y los campos, bañados con una fina capa de nieve, permitieron jugar con las primeras bolas del invierno.

Quienes quisieron deslizarse en sacos o hacer un muñeco de nieve prefirieron desplazarse en coche y con precaución hasta algún punto de fácil acceso en las montañas de A Paradanta.

Las primeras nieves ocasionaron algunos problemas para circular en carreteras interiores de A Cañiza. Así ocurrió en la que conduce de la parroquia de Luneda a la de A Franquiera, que aún por la tarde, a pesar de las lluvias, resultaba intransitable. Lo mismo pasó a primera hora de la mañana en la carretera autonómica que conecta A Cañiza con Ponte Caldelas. El todoterreno de la Guardia Civil se encargó de hacer camino y más tarde las máquinas quitanieves y los kilos de sal hicieron el resto.

Aunque para subir Fontefría no se exigieron cadenas, los conductores sí tuvieron que extremar las precauciones para llegar hasta A Cañiza por la N-120.

José Manuel Outeiro, que vió los primeros copos desde su restaurante en la salida de la autovía comentó que "los coches que llegan lo hacen sin dificultad, la capa de nieve es fina y con esta lluvia se derrite".

Con el frío, muchos de los vecinos prefirieron disfrutar de la nieve desde dentro de sus casas, contemplando el manto que tiñó de color blanco los campos que hace sólo dos días eran verdes. El frío y los problemas para circular por las carreteras son los contras que tienen los cañicenses y vecinos de Paradanta por disfrutar del privilegio de ser de los primeros en ver la nieve.