Pudo ser una desgracia pero todo quedó en un susto. Una vecina de la parroquia redondelana de Santo Estevo de Negros de 29 años, Vanesa R.C., y su bebé de 19 meses, resultaron intoxicados en la madrugada de ayer por la mala combustión de una estufa de queroseno. La intervención del padre de familia, que se dio cuenta a tiempo y abrió las ventanas para ventilar, evitó una tragedia.

Los hechos ocurrieron a última hora del martes, sobre las 23.45 horas, poco después de que el hombre llegase a su casa de trabajar. Su mujer le dijo que se encontraba mareada y su hijo estaba muy alterado. Al rato, el padre también comenzó a sentirse mal por lo que sospechó de la estufa. Rápidamente la apagó, ventiló la casa y avisó a los servicios de emergencias.

La joven y su hijo fueron trasladados al hospital Xeral de Vigo con síntomas de intoxicación por monóxido de carbono, según informó el servicio de Emergencias 112. La mujer fue dada de alta en la mañana de ayer mientras que el pequeño estuvo en observación hasta la tarde en la Unidad de Cuidados Intensivos de Pediatría.

Los equipos de emergencias que acudieron al lugar comprobaron que la mala combustión de una estufa de queroseno en la cocina causó la intoxicación de la mujer y el niño.

Fuentes del Grumir de Redondela señalaron que, cuando llegaron a la vivienda, el resultado de las mediciones de concentración de monóxido de carbono en la estancia alcanzaba el 58 por ciento, una cifra muy elevada que podía haber causado una tragedia sino llegan a darse cuenta a tiempo.