El alcalde de Nigrán, Efrén Juanes, acompañado de la concejala de Educación, Estela Pérez, se reunió con el director general de Formación Profesional y Educaciones Especiales, Antonio Vázquez, para exponerle la necesidad de dotar a la comarca del Miñor de una sección de la Escuela de Idiomas.

El regidor y la edil aportaron abundante información explicativa del proyecto, que responde a las continuas peticiones expresadas en tal sentido, ya que actualmente estudios muy solicitados por los miñoranos sólo pueden seguirse en Vigo, con las consabidas pérdidas de tiempo. Además, se expuso que gran parte de los solicitantes son a la vez trabajadores que verían así compensadas sus ansias de superación.

La receptividad del director general permitió llegar al pormenor y a detallar aspectos fundamentales de la solicitud, entre los que cabe señalar la gran demanda de cursar inglés sobre otros idiomas. Efrén Juanes sitúa a Nigrán como centro neurálgico del Miñor, bien que, tras ponderarse pros y contras, se acordó elevar el asunto del emplazamiento de la sección de Idiomas a la Mancomunidad de Municipios del Val Miñor, constituida por los tres concellos de la comarca y que se reúne al menos una vez al mes, con renovación de la presidencia cada año y que recae en uno de los alcaldes.

La sección de la Escuela de Idiomas está más que justificada por la población de los tres municipios, que suma más de 40.000 habitantes, y a la vista del censo nutrido de matrículas en Vigo de procedencia miñorana.

Los tres municipios, que por su proximidad con Vigo tienen esas ventajas y servidumbres, se marcan pautas de futuro en lo que se refiere a proyección de ciudad.

De ahí que se esfuerzan por poner al día sus servicios y comunicaciones, en desestacionalizar la temporada, para que la oferta no sólo sea en verano y reforzar con dotaciones las galas del paisaje.

La sección de Idiomas viene como anillo al dedo a las aspiraciones de localidades turísticas que basan gran parte de su economía en el sector hostelero. Si es el caso de Baiona, a diario llegan unos diez autobuses, con reparto de atractivos para los visitantes: la buena mesa, la historia, la zona monumental. El saber no ocupa lugar, sobre todo si supera el tópico y nos hablan en distintos idiomas.