D. Leyenda / D. Vázquez / Nigrán

La huelga del personal de recogida de basura en Nigrán supone ya "una alarma sanitaria". Esta es la conclusión del informe emitido por Sanidade a raíz de la inspección realizada ayer en el municipio. El escrito, además de constatar que todos los contenedores y papeleras se encuentran desbordados, advierte de la proliferación de moscas y roedores, así como de malos olores.

Los inspectores, acompañados por las autoridades municipales, comprobaron cómo la situación ha empeorado desde la anterior visita y es que tras ocho días de paro laboral se acumulan cerca de 400 toneladas en el término municipal. Sanidade califica como "muy grave"el estado de la franja costera y, en concreto, en el cruce entre las calles Tomás Mirambel y Arco Visigótico. En esta zona, situada en el entorno de la playa Madorra, los olores son insoportables y se alerta de la presencia de roedores. Preocupante es también la acumulación de residuos junto al ambulatorio de Panxón, enclave contemplado dentro de los servicios mínimos, por lo que deberá ser retirado hoy por la concesionaria.

Otros puntos conflictivos son los paseos marítimos y los propios arenales, donde la acumulación de desperdicios genera riesgos para los bañistas por la presencia de cristales y latas en la arena. En este sentido, el concello decidió retirar de forma temporal las tres banderas azules con las que contaba Nigrán, es decir, las de Patos, Praia América y Panxón, ya que la falta de limpieza en los arenales es "incompatible" con estos distintivos.

El concejal de Medio Ambiente, Juan Hermida, explicó que esta medida es de responsabilidad "única y exclusiva" de la concesionaria Cespa por no ser capaz de resolver el conflicto laboral con sus trabajadores. "La empresa castiga aún más a los ciudadanos con esta huelga tras un servicio deficitario en los últimos años", aseguró el edil.

Negociación

Por otra parte, Cespa se reunió ayer a los representantes de los trabajadores para limar diferencias en las negociaciones del convenio colectivo. Finalmente no hubo acuerdo, puesto que la oferta de incremento salarial realizada por la concesionaria se sitúa aún muy lejos de lo reclamado por la plantilla, que reclama con urgencia la implicación del concello.

"Cespa nos ofreció un convenio de dos años de vigencia en el que se plantea una subida del IPC real más un punto porcentual (7%)", explicó Xusto Fernández, representante sindical de los trabajadores. Además, la concesionaria añadió un incremento del 50 por ciento en las pagas extras e incorporar en dos años la cuantía que los trabajadores perciben en concepto de transporte.

La plantilla, sin embargo, se mantiene en la petición de una mejora salarial del 12,45%, un porcentaje que la empresa les aseguró que no puede asumir.

"Entendemos que el concello se tiene que implicar de una vez por todas, porque la empresa dice que no tiene capacidad para afrontar un incremento en los gastos del servicio", apuntó Fernández, quien indicó que a lo largo de la jornada de hoy buscarán un encuentro con el alcalde de Nigrán para abordar una nueva vía de solución al conflicto.