Verónica Palleiro / Ponteareas

Han tenido que pasar 22 años desde que se construyera el Auditorio Reveriano Soutullo de Ponteareas para que le llegase su primera reforma. Goteras, butacas rotas y otros deperfectos ocasionados por el paso del tiempo y agravados con las obras realizadas sobre él, en la Plaza de la Música, parece que serán atajados este verano. El deterioro que han venido denunciando usuarios y partidos políticos en los últimos meses fue tratado, ayer, en una reunión en Pontevedra entre el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, el alcalde de Ponteareas, Salvador González Solla, y el arquitecto Manuel Martínez.

En el encuentro se estudió la posibilidad de que la Diputación provincial colaborase en la remodelación integral del auditorio ponteareano. Según apuntan desde el organismo que preside Louzán, será en este mes de julio cuando se entregue el proyecto para ser licitado "con carácter urgente".

En la actualidad ya no hay espectáculos en el auditorio pendiente de reforma, pero en los últimos meses el recuento de público superó los 1.500 espectadores en funciones, sobre todo, de teatro. Una afluencia que, en ocasiones, tuvo que convivir con calderos de agua en los pasillos y con butacas inservibles.

En lo que respecta a las filtraciones de agua, las causas parecen estar en la actuación de la empresa constructora del parque infantil de la Plaza de la Música, unas obras de la Diputación que rondaron los 120.000 euros. En su momento, el ente provincial apuntó a las planchas que cubren el suelo, colocadas hace más de dos décadas, como causa de las humedades. De todos modos, responsabilizó a la empresa que acometió los trabajos y la instó a solventar sus posibles fallos.

La accesibilidad para minusválidos o las salidas de emergencias no fueron tenidas en cuenta en el proyecto de hace 22 años. Por eso, ahora, en su primera reforma, es necesario preparar las instalaciones ante un posible incendio o para que los espectadores en silla de ruedas también puedan disfrutar de los espectáculos.

Desde la Diputación de Pontevedra reconocen que "el edificio, después de casi veinticinco años de existencia, comieza a encontrarse obsoleto". Por ello, las instalaciones deberán remodelarse para adaptarse a la normativa vigente; tanto en accesibilidad como en seguridad. Además, será necesario renovar el mobiliario, porque, entre otras cosas, varias butacas están rotas o inutilizables. Las reformas también incluyen un nuevo sistema de iluminación y ventilación, así como mejoras en la acústica.

En el interior habrá cambios de uso, la sala de exposiciones se convertirá en un aula de ensayo. Ésta ha sido una decisión motivada, según explica el alcalde ponteareano, "por su situación estratégica".