Las playas de Baiona sufren ahora las consecuencias de la huelga que hace unas semanas vivió el sector del transporte. Al menos esa es la razón de aduce el concejal de Medio Ambiente, Manuel Vilar, para explicar a vecinos y turistas los motivos por los que los aportes de arena para la regeneración de Ribeira y A Barbeira continuarán "al menos una semana más".

A la preocupación por el color oscuro del material empleado -procedente de la desembocadura del río Miño- se suma ahora la indignación de muchos por la larga duración de los trabajos, que empezaron hace más de una semana.

Excavadoras, camiones y un gran montículo de tierra comparten las primeras jornadas de sol del verano con los bañistas en la playa de Ribeira, distinguida este año con bandera azul que se izará "en cuanto acaben los trabajos", explicó Vilar.

El edil de Medio Ambiente recordó que los aportes de arena que se están realizando cuentan con el respaldo de la Jefatura Provincial de Costas y se efectúan "bajo la supervisión de dos ingenieros y cuatro biólogos que garantizan su conveniencia", señaló. Con respecto a la calidad de los aportes, Vilar explicó que "un laboratorio analiza y certifica su calidad en el momento de la extracción y, según hemos podido saber, la arena es óptima incluso para la cría de marisco".

El concejal baionés responde así a quienes se muestran críticos con esta actuación que, reiteró, "se ha retrasado quince días por el paro de los transportistas". Entre ellos el grupo municipal del BNG, que lamentó esta semana las fechas elegidas para la ejecución de los trabajos, y del PSOE, que ayer pidió su "paralización inmediata" ante la a su juicio "dudosa eficacia" de esta labor de regeneración que, además, "supone un peligro para los bañistas que deben convivir en la playa con maquinaria pesada", indicó el portavoz municipal socialista, Rafael Lores.

Para Manuel Vilar se trata de una "obra histórica", sobre todo en el caso de A Barbeira. Según el edil baionés de Medio Ambiente, este pequeño arenal situado junto al club de yates "perdió desde la construcción de la dique de abrigo el 80 por ciento de la arena que tenía en los años cincuenta", un dato que a su juicio pone de manifiesto la importancia de unos trabajos que tendrán un resultado "óptimo" en unos días, por lo que pidió a vecinos y turistas "un poco más de paciencia".