José Álvarez Pombo, de 73 años, arrojó a su hijo, disminuido psíquico, al río Tea, y a continuación se tiró para ahogarse con él. Ésa es la hipótesis que toma más fuerza de todas las que baraja la Policía Judicial después de interrogar a varios familiares y haber realizado un perfil de Álvarez Pombo, aunque los hechos reales no se conocerán hasta los resultados definitivos de la autopsia.

El entierro tendrá lugar esta tarde. Los cuerpos saldrán del Tanatorio de Pompas Fúnebres del Condado a las 18.00 horas, con destino a la iglesia de Ribadetea.

El dolor hizo mella ayer en la familia, ya que nunca pudieron imaginarse un hecho de estas características. Sin embargo, varios familiares creían ayer que la hipótesis que baraja la investigación es la más acertada, debido a la fuerte depresión que sufría José. La colocación del calzado y el gorro en una situación estratégica del camino es, según los expertos, el signo de que pretendía indicar a los que le irían a buscarle el lugar donde podían encontrarlo, a pocos metros en las aguas del Tea.

Padre e hijo fueron encontrados muertos, flotando boca abajo, en el agua en una zona de baño conocida como A Croa.

Ambos solían dar paseos por las inmediaciones del río antes de la hora de comer. Sin embargo, la mujer de José, al ver que se retrasaban, decidió salir en su búsqueda. Fue entonces cuando los encontró, no se movían y estaban flotando en el río.

Los cadáveres, que fueron retirados del río por los bomberos de Ponteareas, se encontraban en una zona de aguas remansadas, a unos seis metros de la orilla, y donde la profundidad es de aproximadamente un metro y treinta centímetros.

Según indican los propios bomberos los cuerpos no presentaban signos de violencia. El padre llevaba el reloj puesto y estaba descalzo, sus cauchos y su gorro estaban en la orilla del río.

Su familia afirma que José Álvarez estaba atravesando una depresión y que el nuevo tratamiento que estaba siguiendo, al parecer, no le ayudaba. "Adoraba a su hijo y pienso que pensaría que ya era mayor y que pronto no podría cuidar de él y por eso, para que no le quedara la carga a nadie decidió hacer eso", relata la nuera de José.

Sus familiares también contaron a FARO DE VIGO que "el hijo esa mañana no estaba con él, estaba con su madre en una finca pero José dijo que se lo llevaba con él a dar una vuelta, como solía hacer muchas veces. Jamás imaginamos que tuviese pensado hacer algo así, es una tragedia".

Las trágicas muertes unieron ayer en el tanatorio a numerosos miembros de la familia y amigos.