El verano empieza a sentirse en Baiona y a temerse, en parte, en el casco histórico. La entrada en vigor hace unos días de la nueva normativa que restringe el tránsito de vehículos por el interior del barrio antiguo ya ha ocasionado los primeros quebraderos de cabeza a algunos de los residentes, que se quejan de que para salir de sus domicilios pasan "un mal rato" al atravesar la principal calle comercial y de ocio de la zona.

La solución , a juicio de la recién constituida asociación vecinal del casco histórico (Cahiba), está en Porta da Vila. Las nuevas normas de tráfico reservan este punto exclusivamente a la entrada de vehículos, lo que obliga a los propietarios de viviendas próximas a este punto a realizar un trayecto más largo por el interior del barrio para dar con otra salida.

Así, la calle Ventura Misa se convierte en la mejor alternativa para muchos, a pesar de que la elección de este itinerario plantea el reto de tener que sortear las terrazas de los establecimientos de hostelería y a los visitantes que transitan a pie por una de las zonas con mayor actividad comercial del municipio.

Desde la asociación Cahiba han dado un margen al concello para que estudie la situación e introduzca algunos cambios en el reglamento de tráfico del casco histórico, cuyo acceso está únicamente permitido a 120 coches con autorización, además de vehículos de emergencias, taxis y otros con carácter extraordinario.

En busca de respaldo a sus reivindicaciones, los vecinos han logrado el apoyo de directivos de la asociación de comerciantes, que "comparten la idea" de que sería conveniente permitir la salida por Porta da Vila "por el bien de todos".

El colectivo vecinal explica además que los comerciantes se han comprometido ya a dejar más espacio de paso entre las terrazas y, por otro lado, a adoptar medidas para reducir en lo posible los ruidos, otra de las luchas que mantienen cada verano los residentes.

Los residentes dicen ser conscientes y entender "con resignación" la importancia que para la localidad tiene la afluencia de visitantes durante el verano, pero solicita al ayuntamiento una mayor vigilancia policial para evitar que se produzcan ruidos excesivos y actos de vandalismo.

En una reciente reunión con el alcalde, la directiva de Cahiba propuso que el concello establezca posibles compensaciones a estas molestias en forma de descuentos en el recibo de la basura, la mejora de la limpieza o el adecentado del cableado público en el barrio histórico.