Dice el refrán que para gustos se pintan colores. Y precisamente esto es lo que ofrece la tradicional exposición de las escuelas municipales de pintura, inaugurada ayer en el Multiusos de Redondela. En total son más de 400 cuadros realizados durante el curso por los 158 alumnos con distintas temáticas, técnicas y texturas.

Como cada año, los visitantes pueden contemplar la evolución de los alumnos -talentos de todas las edades, desde sólo 4 años hasta mayores de 65- dirigidos por el profesor Xesús Cameselle Ben en una exposición que abarca todos los estilos pictóricos.

"Trabajamos todas las técnicas que uno se pueda imaginar", explica Cameselle Ben, que lleva quince años impartiendo las clases y que ha formado a jóvenes artistas que ahora gozan de un reconocido prestigio.

Tras un recorrido por la exposición queda patente la gran variedad estilística de los alumnos. "La técnica se aprende con el tiempo, lo más difícil es encontrar tu estilo personal. Yo llevo diez años y todavía lo sigo buscando", comenta la alumna Laura Novelle, de 17 años, que comenzó a asistir a las clases de pintura cuando sólo tenía ocho. Su amiga Victoria Amoedo, que se inició en la pintura al mismo tiempo, asegura que no es necesario ser buen dibujante ni tener un talento especial para pintar. "La técnica se aprende poco a poco, sólo requiere paciencia. Sobre todo al principio ves claramente como evolucionas y mejoras cada año", apunta.

Otro de los jóvenes pintores, Fernando Taboada, de 14 años, muestra su preferencia por el graffiti y el comic, que también tienen su pequeño espacio en la muestra. "Ya pinté en alguna pared en las calles, aunque siempre en zonas permitidas", aclara, "es una pena que esta expresión artística tenga tan mala fama por culpa de unos pocos que no respetan monumentos ni nada".

Los cursos también cuentan con personas veteranas, como Dolores Pereira, que a sus 60 años comenzó hace sólo cuatro a pintar. "Nunca es tarde para empezar cuando algo te gusta", justifica, y asegura que con la pintura sólo busca un entretenimiento. "Me tranquiliza mucho, es una actividad muy relajante que recomendaría a todo el mundo", comenta mientras recorre la muestra junto a un grupo de amigas y compañeras.