Muebles, electrodomésticos, residuos de obra y hasta los restos de un viejo coche. Estos son algunos de los desechos que se encuentran en los ríos de Chapela, según consta en un completo informe elaborado por la asociación de vecinos de la parroquia después de recorrer los cauces del Pugariño, Maceiras y Fondón. El documento, que ilustran con fotografías en las que se observan la situación de abandono de estos tres ríos, fue presentado recientemente a la Concejalía de Medio Ambiente de Redondela para que lo remita al organismo Augas de Galicia para que adopten las medidas necesarias.

La presidenta del colectivo vecinal de Chapela, Ángela Méndez, explica que con esta iniciativa pretenden poner en conocimiento de las autoridades competentes los problemas de contaminación ambiental en los distintos cauces de la zona, además de intentar concienciar a los ciudadanos de que deben cuidar el entorno natural. "Por desgracia, tras el recorrido por los ríos, pudimos comprobar que todavía mucha gente que no respeta la naturaleza y tira cualquier desperdicio, incluso muebles y electrodomésticos, cuando existen servicios en el ayuntamiento para recoger todos estos enseres domésticos", apunta.

Vertidos de fecales

Otra de las denuncias del colectivo es el elevado número de casas particulares que vierten directamente las aguas fecales a los ríos, un problema especialmente grave en el caso del Maceiras. "En el tramo del centro de salud y desde la Avenida de Vigo hasta la desembocadura hay varias viviendas con el desagüe directo al río, supongo que para no pagar el enganche al alcantarillado público", afirma Méndez. Otra de las críticas del colectivo hace referencia a los restos de poda en las inmediaciones del río Fondón, que dejó la empresa que realizó una tala el pasado mes de noviembre.

Este colectivo vecinal también denunció el pasado 25 de febrero los continuos vertidos de aguas fecales procedentes de la perrera municipal de Vigo en el río Pugariño. Este cauce nace en el monte de A Madroa y discurre por la línea divisoria de los términos municipales de Vigo y Redondela para desembocar en uno de los extremos de la playa de Arealonga, un arenal que en los últimos años tuvo que cerrarse al baño en varias ocasiones por el estado de las aguas.

La directiva del colectivo vecinal denunció este punto de contaminación ante el Seprona de la Guardia Civil, que acudió al lugar a realizar un informe y recoger muestras, y también presentó escritos en el registro de los Ayuntamientos de Redondela y de Vigo. La responsable de Medio Ambiente de la ciudad olívica reconoció la existencia de vertidos y dijo que se solucionarían reforzando la depuradora con un decantador. Los vecinos volverán hoy a recorrer la zona para comprobar personalmente si el problema está solucionado.