El viaducto viejo del ferrocarril de Redondela, conocido como "viaducto de Madrid", recuperará su utilidad pública, aunque no para la circulación de trenes, sino como pasarela peatonal.

Esta antigua demanda del gobierno local podría ser una realidad en un plazo de cuatro años, según confirmó el concejal de Cultura y Turismo, Eduardo Reguera. El edil se basa en el compromiso adquirido por el diputado socialista Antón Louro durante una reciente visita al municipio, que según Reguera se mostró entusismado por el proyecto, y acordó gestionarlo ante la Dirección General del Patrimonio del Estado -organismo dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda- para que respalde la obra durante la legislatura recién iniciada.

No obstante, el propio departamento de Patrimonio del Estado ya había presentado al Concello de Redondela en 2004 un proyecto de reutilización del antiguo viaducto como paseo peatonal transparente, presupuestado en 1,3 millones de euros. El empleo de un pavimento y barandillas de vidrio -una de las principales novedades respecto a otras propuestas presentadas anteriormente- evitarían alteraciones en la imagen actual de la estructura, construida en 1878 por la compañía de ingeniería francesa Fives-Lille, que ahora se transformaría en un elemento útil para unir de forma racional dos barrios de la localidad separados por el valle.

El estudio, realizado por el ingeniero madrileño Eduardo Gómez López, contempla exteriormente a este elemento de cristal el montaje de una retícula formada por cables de acero inoxidable trenzados, que a la vez de servir como protección secundaria, prolongarían la imagen de la celosía existente con la misma retícula.

La pasarela, de 4,70 metros de ancho, se complementa con una barandilla de cristal de 2,30 metros de altura que aloja el sistema de iluminación, el cual queda complementado con doce báculos y unos proyectores de alcance situados a la altura de los apoyos que iluminan el viaducto desde la parte inferior.

Sin embargo, el proyecto remitido por Patrimonio no contemplaba la construcción de un ascensor o unas escaleras que permitan el acceso al viaducto desde el centro urbano, como planteaban antiguos proyectos para la estructura férrea, por lo que sólo se podría acceder al paseo desde sus extremos.

La actuación podría completarse con la instalación de una cafetería en un antiguo vagón de ferrocarril restaurado en el acceso norte de la pasarela peatonal, una propuesta del propio alcalde redondelano, Xaime Rei, que ayudaría a atraer a visitantes.