Los cohetes se escucharon en el cielo soleado de ayer, mientras Palmira Paramos Filgueira sonreía mirando hacia el lugar. Familiares y vecinos la rodeaban. Era el día de su cumpleaños, 106 primaveras que lleva esta mujer de Caldelas (Tui) sin que le pesen demasiado. Atribuye su buen estado a "la siesta" y a que toma una "cunca" de vino a la hora de comer.

El día de ayer fue muy especial. "O alcalde de Tui trouxome a nevera", decía la anciana mostrando el electrodoméstico regalado por el Concello, con tarta incluida. A la entrada de la vivienda tenía una gran cesta de fruta (regalada por vecinos) y otra de flores, también obsequio del regidor municipal, Antonio F. Fernández Rocha quien, como en cada aniversario, acudió a felicitarla. Ella aprovechó para pedirle el obsequio para el año siguiente, esta vez, una lavadora.

Por la tarde tenía prevista la visita del párroco, don José, de quien esperaba un hazadón nuevo. También aguardaba la llegada de sus familiares "teño rosca para todos". Haciendo gala de su buena memoria, se acordó de que Manuel Fraga "por noiteboa enviábame unha carta. Agora xa está velliño e retirado ¿non?", preguntaba.

Cuenta su día a día en el que no falta el trabajo. Sigue viviendo sola, porque quiere. Cuida de su casa, de su campo y ahora está pendiente de echar sulfato a las viñas. Utiliza el carretillo con habilidad de veterana y mima a su gallinas. A las seis de la tarde, se retira a descansar, pues la jornada en activo ha de ser más corta a los 106.

No le falta conversación con los vecinos y ayer recibía muy afable a una parte de su familia, como es su bisnieta Cristina Ubiña, de 21 años. A Palmira le hubiese gustado que estuviesen familiares de León, pero no ha podido ser. Recuerda con nostalgia que en Astorga murió uno de sus dos hijos. Ella tiene 7 nietos, 11 biznietos y tres tataranietos.

Hablando de deseos e ilusiones, dice que no le faltan. "Gustaríame ter vacacións. O mellor no balneario de Caldelas, para estar cerca e poder dar de comer ás galiñas". Tampoco despreciaría un viaje a León "onde está o meu neto", cuenta, refiriéndose a uno de los que tiene. Ha descartado el deseo que manifestaba el pasado año, cuando revelaba la ilusión que tenía por ir a Canarias. Considera ahora que esa no es una buena elección "porque maréome no viaxe".

A pesar de su edad, tiene un concepto claro del valor de las cosas y se queja de la "pouca pensión" que cobra.

Ayer ya decía que, si tiene salud y vida, no faltará a la Festa da Rocha del verano, donde no se pierde el baile en la ribera de Caldelas, una de las cosas que más ilusión le hace en esta vida.

Los recuerdos le acompañan siempre, como parte de un tiempo que ya pasó, con momentos difíciles y de trabajo. "Eu levaba café, xabón e ovos, a Vigo". Lavaba ropa en su casa y hacía malabarismos para criar a sus dos hijos con tanta necesidad que era preciso dividir entre los dos una sardina, eso sí, acompañada de muchas patatas.