Por muy barrio que sea, lo de Sabarís hay que tomárselo en serio de una vez. Ahora mismo es Correos el que parece considerarlo como arrabal de un suburbio. La Asociación de Comerciantes de Baiona (Aceba) denuncia el importante retraso que sufre el reparto, que se produce hasta con quince días de demoras. Esto supone que algunos empresarios tengan que envíar a la gestoría las declaraciones trimestrales del IVA sin cerrar, por no decir que las convocatorias de Aceba llegan a reunión ya despachada.

La pintura de la situación tiene estos trazos: una población que supera los dos mil habitantes (más que Berlesar, Baiña y Baredo), un incremento notable del buzoneo en la Avenida de Sabarís, donde hace poco no había una casa y los 10.000 efectos que la oficina centralizada de Baiona recibe al día para distribuir.

El servicio de Correos en el municipio dispone de nueve repartidores dependientes: cuatro para el casco urbano (6.000 habitantes), dos para Sabarís (uno, urbano y el otro para la periferia), uno para Oia, otro para Belesar-Baiña y otro más para Baredo y Mougás. Desde el colectivo empresarial aclaran que el personal no es el culpable de la situación, que fue expuesta reiteradamente al jefe provincial del servicio.

Es más, después de un plazo prudencial de confianza, el presidente de la Asociación de Comerciantes de Baiona, Ezequiel Simóns, observa que, tras una pausa tímida de mejora del reparto, se ha vuelto a las deficiencias de las Navidades.

Simóns hace las cuentas de que, antes, había dos mesas electorales en Sabarís y ahora, cuatro, "lo que significa que se ha duplicado el censo". Y agrega que quien corresponda no se ha percatado de tanto piso, tanta vivienda, tanta urbanización nuevos como para adoptar medidas en consecuencia.

Algunos damnificados, que hablan del colmo de una situación antigua, apuntan el hecho de que haya un solo cartero, "como hace cincuenta años".

Las cuentas que deben salirle claras al responsable de la situación es que Baiona, con algo más de 12.000 habitantes de derecho, duplica y triplica su población en verano y que Sabarís, en pleno auge de la construcción, levanta más de 700 viviendas.

Porque Sabarís, con más de 115 negocios, debe dejar de ser de una vez pista de Fórmula 1 y panorama de edificios vetustos que se caen y que aguantan en pie por vergüenza ajena.