Juan Carlos Unzué se despide del Celta con la conciencia tranquila y la convicción de haber actuado con profesionalidad para intentar firmar la mejor temporada posible. Pese a no entrar demasiado en detalles -insistió en hacer balance hoy, ya con la temporada concluida-, el todavía preparador celeste no considera que la temporada del equipo celeste haya sido, ni mucho menos un fracaso, aunque sí una decepción.

"Cuando acaba la temporada lo más importante es mirarme en el espejo y saber que he puesto todo de mi parte para que el equipo funcione de la mejor manera posible. Y al tipo que tienes enfrente no puedes engañarle. Yo no hablaría en ningún caso de la palabra fracaso, aunque sí de decepción", resumió el preparador pamplonés en la rueda de prensa previa al compromiso liguero contra el Levante.

Unzué reconoció que ser primer técnico del Celta desgasta más que ser segundo del Barcelona por la mayor responsabilidad que implica el cargo. "El cambio de roles es inmenso. La diferencia de responsabilidad entre un primero y un segundo es totalmente diferente", apuntó el técnico, que no se arrepiente de la decisión de asumir la dirección del banquillo celeste "porque tengo pasión por esto, por el orgullo de demostrar que puedo dirigir a un equipo como el Celta y, lo más importante, por la posibilidad de poder trasladar a los jugadores lo que he aprendido durante todos estos años como jugador y como técnico".

Unzué opina que tiene motivos para sentirse orgulloso de su gestión al frente del banquillo celeste. Así, en su haber, destaca la llegada al primer equipo de Brais Méndez o el rendimiento firmado por futbolistas que ya estaban en el plantel y alguno de los jóvenes que han llegado esta temporada, como Maxi Gómez o Stanislav Lobotka. "Para mí es un motivo de orgullo ver que eres capaz de sacar un chico de la cantera que se lo ha ganado y que dos chicos jóvenes, como Lobotka y Maxi Gómez, que venían de jugar en Dinamarca y Uruguay, hayan dado el nivel que han dado. Desde mi humildad es un orgullo", afirmó. Y remachó: "Tan mal no lo habremos hecho cuando hay seis u ocho jugadores en boca de muchos de los equipos de alto nivel".

El entrenador del Celta admitió, con todo, que le ha faltado conexión con la grada, cuestión que atribuye a los altibajos que el equipo ha tenido en los resultados desde principio de temporada. "Cada uno tenemos nuestra manera de funcionar y Berizzo fue importante aquí no solo como entrenador, sino también como jugador. Yo creo que lo mejor que podía hacer es ser Juan Carlos Unzué, intentar ganarme a la gente con mi forma de ser sabiendo que al final me los voy a ganar por que los resultados sean buenos", observó.

El técnico navarro rechazó finalmente que este último compromiso contra el Levante sea un puro trámite o esté completamente desprovisto de interés. "Hay en juego dinero, orgullo y sobre todo una cosa que es muy importante, que es demostrar profesionalidad hasta el final. Cuando sales a un terreno de juego a nadie le gusta quedar en evidencia", subrayó.