El Celta regresa el sábado al Estadio de la Cerámica (antes El Madrigal), donde el año pasado sufrió un duro correctivo (5-0) por parte de un Villarreal que en este tramo de Liga pelea con los célticos por una plaza europea. Este desplazamiento del equipo vigués a tierras castellonenses es muy especial para Brais Méndez. El mosense pasó dos años en la cantera del "submarino amarillo" antes de regresar a casa y firmar por el conjunto vigués, con el que debutó este año en Primera División.

"No he vuelto por allí desde que me marché. Para mí va a ser un partido bonito, emotivo, porque tengo muchos amigos allí, como Pau Torres, Chuca o Ramiro", explicó ayer Brais Méndez desde la sala de prensa de A Madroa en referencia al duelo contra el Villarreal. Será la duodécima visita de los celestes al Estadio de la Cerámica en Primera División. El balance de enfrentamientos favorece al Villarreal, que ganó seis partidos, empató dos y perdió tres.

La última vez que el Celta venció en el campo del Villarreal fue en la campaña 2015-16, cuando se impuso por 1-2 con un tanto de Nolito en el último minuto del encuentro. El año pasado, dos goles de Roberto Soriano en el primer tramo, en apenas tres minutos, noquearon al Celta. La reacción del equipo vigués quedó apagada por otro tanto de Bakambu antes del descanso y nada más empezar la segunda parte, el gol en propia puerta de Wass acabó con cualquier esperanza visitante. A falta de un minuto para el final, Manu Trigueros cerró la goleada.

Este año, el Celta acudirá con Brais Méndez, quien ayer confirmó su disponibilidad a jugar con el filial si se clasifica para disputar el 'play off' de ascenso a Segunda División, y lamentó la situación que atraviesa el Deportivo porque "siempre es bonito jugar un derbi". Considera el centrocampista céltico que el derbi de la próxima semana no perderá interés aunque el Deportivo descienda a Segunda antes de visitar Vigo: "No lo creo porque siempre es un partido apasionante y bonito de jugar", añádio.