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Cuesta decir adiós a lo más deseado

El Celta va despidiéndose de sus opciones europeas poco a poco, punto a punto - Sin Aspas, Maxi se reencontró con el gol

Brais Méndez busca un centro al área del Valencia ante la oposición del francés Kondogbia. // Ricardo

Cuesta decir adiós a la segunda competición europea después de lo vivido hace un año ante el Manchester United. Empujado por su afición, el Celta va despidiéndose de la séptima plaza punto a punto. Así ocurrió ayer ante el Valencia, igual que el martes pasado contra el Barcelona. La afición es quien mantiene en pie una ilusión que el equipo de Unzué enterró en las seis jornadas que encadena sin ganar fuera. Ayer, el celtismo llevó en volandas a sus jugadores para que neutralizaran a la hora de juego el tanto que cuatro minutos antes había anotado el vigués Santi Mina. Sin Iago Aspas, era difícil encontrar un voluntario con gol. Resurgió Maxi Gómez con su séptimo certero remate de cabeza y Balaídos disfrutó con la posibilidad de vivir otra remontada heroica. Las intervenciones de Sergio Álvarez permitieron que el empate se saborease como una victoria, aunque Europa se aleja poco a poco.

soluciones para las bajas

Unzué apostó por Roncaglia para suplir al sancionado Jonny y el regreso de Mallo permitió al técnico navarro adelantar a Wass al centro del campo, mientras Brais Méndez formó pareja de ataque por momentos junto a Maxi Gómez ante la ausencia del lesionado Iago Aspas. Con la vuelta a la titularidad de Cabral, el Celta recuperaba la defensa de tres centrales que tan buenas sensaciones le dejó en la salida del balón ante el Barcelona. El plan estuvo a punto de saltar por los aires cuando Roncaglia se lesionó en un hombro pasado el primer cuarto de hora. Hasta ese momento, el Valencia no había asomado en ataque. Mina no podía con la presión de Cabral y Rodrigo Moreno buscaba espacios más retrasados para escapar de la vigilancia de Sergi Gómez y de Roncaglia.

Una vuelta sin fontás

En otra apuesta arriesgada, Unzué dio entrada a Fontás para suplir a Roncaglia. El catalán volvía al equipo tras una vuelta completa en la reserva. Su última aparición con la celeste fue en Mestalla, ante el mismo rival de ayer. El central que parecía fijo en el inicio del curso para Unzué, ayer reaparecía para ocupar el lateral izquierdo y exponerse a la velocidad de Rodrigo Moreno, Andreas Pereira o Vezo. Superó la prueba el catalán, pese a unos comienzos dubitativos. Ganó casi todos los pulsos por anticipación y con su presencia el Celta ganó fluidez en el inicio de la jugada.

Resurrección del ´Gato´

A pesar del presupuesto económico que maneja el Valencia, su entrenador apuesta por vivir de los errores ajenos. Así llegaron las primeras ocasiones para el equipo de Marcelino García Toral. Pero como ocurrió ante el Barcelona, el Celta se garantizaba la supervivencia con un espléndido Sergio Álvarez en la portería. Así ocurrió ante las claras ocasiones de Andreas Pereira, Soler, Guedes, otra triple (con la colaboración del ´Tucu´ Hernández y de Cabral) y una más de Rodrigo Moreno en los minutos finales que llevó a todo Balaídos a vitorear al ´Gato de Catoira´.

Dos excélticos en acción

El Valencia presentó como dúo de ataque a los excélticos Santi Mina y Rodrigo Moreno, quienes regresaban a Vigo con la intención de seguir engordando una factura de 27 goles entre ambos. La zaga celeste apenas les dejó respirar. Rodrigo solo dispuso de un disparo claro, que neutralizó Sergio Álvarez. El hispano-brasileño desperdició una ocasión para recortar diferencias con Iago Aspas para el Trofeo Zarra como máximo goleador español de LaLiga. Rodrigo se mantiene con 16 goles, a cuatro del céltico. Mina, en cambio, obtuvo su primer tanto ante el equipo en el que se formó y al que dejó en caja 10 millones de euros por su traspaso al Valencia. El vigués aprovechó un error de Sisto para enganchar un gran remate cruzado con la pierna derecha. A pesar de sus reiteradas solicitudes de perdón por el gol anotado, no cesaron los abucheos que se iniciaron nada más pisar el campo para realizar el calentamiento y concluyeron con frases de "pesetero" cuando fue sustituido. De las distintas varas de medir, a Mina le ha tocado la más ingrata cuando visita Balaídos.

El niño de sus ojos

El celtismo ahora solo tiene ojos para un Brais Méndez que ayer volvió a realizar otra gran actuación, asumiendo la responsabilidad de suplir a Aspas. Buscó la portería rival, se aplicó en la presión, realizó centros al área, intentó asistencias y jugó con el aplomo de un veterano. Incluso alternó el lanzamiento de faltas con Wass. El danés encontró la cabeza de Maxi Gómez, en un lanzamiento a balón parado, para que el uruguayo anotase su decimoquinto gol y acabase con una sequía de nueve jornadas. Wass también asumió más protagonismo en el remate. En una de sus acciones ofensivas reclamó un penalti de Lato cuando preparaba un remate de cabeza.

Ánimo ante la adversidad

A pesar de la dificultad de ganar al cuarto clasificado sin poder contar con el máximo goleador celeste, la afición tiró del equipo, animó a Sisto tras su error en el gol de Mina y dedicó aplausos a la conclusión de un partido que deja al Celta con remotas opciones de volver a competir en Europa, donde tanto disfrutó la afición el curso pasado.

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