A lomos de su reparadora goleada al Sevilla, visita esta tarde el Celta al Leganés (Butarque, 18.30 horas, BEin Sports) en busca de un golpe de autoridad que fortalezca sus opciones de clasificación europea en el sprint final de LaLiga. La jornada se presenta propicia para el conjunto de Juan Carlos Unzué, que se propone sacar tajada de los enfrentamientos directos entre los cuatro equipos que le preceden en la tabla. El Girona (octavo) cayó ayer ante el Betis (quinto) por 0-1; el Villarreal (sexto) se mide al Sevilla (séptimo).

El primer paso será poner fin el Celta a una racha sin ganar a domicilio que se prolonga ya cinco jornadas -su último triunfo lejos de Balaídos se produjo a finales de enero en Anoeta en el primer partido de la segunda vuelta- y que le ha restado fuelle en la carrera europea durante los meses de febrero y marzo.

Pero el empate rebañado en el último sorbo del partido en San Mamés, la concluyente victoria firmada en casa frente al Sevilla y las derrotas cosechadas en la última jornada por el Girona y el Villarreal han devuelto al equipo celeste a la primera línea de combate. Y si gana y los resultados de sus adversarios directos le favorecen, la sexta e incluso la quinta plaza podrían ponerse a tiro en la recta final del campeonato. Además, los inminentes enfrentamientos esta misma semana en Balaídos contra el Barcelona (el martes) y el Valencia (el próximo sábado) acrecientan, si cabe, la importancia del choque.

La sensación generalizada en la plantilla, al menos, es que el duelo de Butarque es trascendental. Así lo han declarado el capitán, Hugo Mallo, que no ha dudado en calificar el choque ante los pepineros como el "más importante" de los siete que restan, y el propio técnico, Juan Carlos Unzué, que lo ha considerado "clave" por la dinámica positiva del equipo, la necesidad de aprovechar los enfrentamientos entre terceros y la renovada energía con la que el equipo encara la recta decisiva del curso.

El preparador celeste podrá disponer además para el choque prácticamente de todo su arsenal. Faltará tan solo a la cita Robert Mazan, que presentaba todavía ayer alguna molestia y finalmente no ha recibido el alta médica. Unzué recupera en cambio para el choque a Maxi Gómez, su segundo máximo artillero, después de que el uruguayo cumpliese sanción el pasado sábado frente al Sevilla. El regreso del goleador charrúa propiciará un ligero movimiento de piezas, pues Iago Aspas, que frente al Sevilla firmó su segundo triplete del curso jugando en la posición de nueve puro, volverá a moverse desde el costado derecho.

La tercera pata del frente de ataque se la disputan presumiblemente el canterano Brais Méndez, un chico que crece en cada nuevo partido, y el danés Pione Sisto. En el banquillo, como revulsivo, estará Emre Mor, a quien Unzué ha levantado el castigo después de ser excluido de las dos últimas convocatorias por un problema de indisciplina y tendrá la oportunidad de redimirse, si finalmente el técnico le concede minutos.

El resto de los puestos del once parecen más o menos claros. Tras su exhibición de reflejos frente al Sevilla, se da por sentado que Unzué volverá a dejar la portería en manos de Sergio Álvarez, el Gato de Catoira, un tipo que hace honor a su felino apodo y resucita cada vez que se le da por muerto.

Hugo Mallo, a la derecha, y Jonny Otto, a la izquierda, son seguros en los flancos del cuarteto defensivo. La duda está nuevamente en el eje de la línea, donde los argentinos Gustavo Cabral y Facundo Roncaglia se disputan una plaza junto a Sergi Gómez. Cabral fue la elección del técnico en San Mamés, mientras que Roncaglia, más asiduo que su compatriota en esta segunda vuelta, fue el titular el pasado sábado contra el Sevilla.

En el medio campo, por último, los puestos parecen también adjudicados. Lobotka, el único futbolista del plantel que ha disputado todos los encuentros, formará en el vértice inferior de la línea, flanqueado a la derecha por Daniel Wass y a la derecha por Pablo Hernández. La lista de 19 jugadores desplazados por Juan Carlos Unzué a Leganés la completan Rubén Blanco, Andreu Fontás, Jozabed Sánchez y el argentino Lucas Boyé.

Aunque no le va tanto como al Celta en el envite, el Leganés se toma esta segunda visita del cuadro celeste a Butarque en Primera División como un desafío de la máxima exigencia. Lo ha dejado perfectamente claro su técnico, Asier Garitano, que ve en el duelo frente a los celestes una gran oportunidad para dejar sellada definitivamente la permanencia y poner así el broche dorado a la mejor temporada de la historia de su equipo.

El técnico pepinero anuncia batalla y presenta argumentos más que suficientes como para tomarlo en cuenta. No hay que olvidar que el Leganés alcanzó este curso las semifinales de Copa tras dejar en la cuneta a rivales de tanto fuste como el Villarreal o el Real Madrid, amén de su buen rendimiento en casa o de la fortaleza defensiva que casi siempre muestra su equipo.

El Leganés, con todo, debe hacer frente a algunas bajas importantes, especialmente en ataque, donde no podrá contar por sanción con su máximo goleador, el brasileño Gabriel Pires, ni con Claudio Beauvue, por imperativo contractual. El técnico pierde además por lesión a Amrabat Mantovani y Serantes.