La cantera sigue proporcionando al Celta suculentos réditos en Primera División. El porcentaje de futbolistas formados en A Madroa se mantiene desde el último ascenso en torno al 40 por ciento del once titular celeste, que este curso se ha reenganchado a la batalla por Europa agarrado al rendimiento de la gente de la casa.

Un elocuente dato: la aportación de los canteranos ha sido determinante en los últimos puntos sumados por el Celta. Cinco de los siete últimos goles anotados por el grupo de Juan Carlos Unzué llevan el sello de A Madroa. Iago Aspas ha anotado tres tantos, al Sevilla el pasado sábado; Brais Méndez se estrenó como goleador en Primera División marcando sobre el descuento el del empate en San Mamés (1-1); y Jonny, junto al chileno Tucu Hernández, contribuyó decisivamente a la reciente remontada frente a Las Palmas (2-1) en Balaídos.

El último duelo ante el Sevilla ha sido seguramente el partido con mayor peso de la cantera de la temporada. Cinco de los once futbolistas que saltaron al césped (Sergio, Mallo, Jonny, Brais y Iago Aspas ) crecieron entre las nieblas de la ciudad deportiva de Candeán. Era la tercera vez este curso que el Celta jugaba con cinco canteranos en el equipo titular tras los jugados ante el Málaga en Balaídos y el Getafe en el Coliséum Alfonso Pérez, aunque estos se saldaron con un empate sin goles y una dolorosa derrota (3-0), respectivamente.

En el duelo contra el Sevilla, el peso de A Madroa se hizo evidente en ambas áreas. Sergio firmó ante los hispalenses una de las mejores tardes de su carrera, a la altura de su heroica actuación en Járkov (Ucrania) frente al Shakhtar Donetsk, del impecable trabajo que propició la primera victoria del Celta en el Camp Nou; o de aquella mañana que detuvo un penalti en Balaídos al deportivista Mendujanin para dar al equipo celeste su primer triunfo en O Noso Derbi en siete años.

Ante el Sevilla, Balaídos vio al mejor Sergio de una temporada en la que el catoirano se ha ido alternando en la portería con Rubén Blanco, otra de las perlas de A Madroa, a quien las lesiones han restado continuidad. Con Unzué, Sergio y Rubén se han vuelto a repartir el protagonismo. Hasta su última lesión, el mosense parecía la primera opción del técnico pero, con su última actuación, el Gato parece haber revertido la situación.

En el área propia están brillando también Hugo Mallo y Jonny Otto, dos piezas claves desde el último ascenso. El capitán cumplirá esta temporada los 300 partidos con el Celta y es el único futbolistas del plantel que podría batir el récord del incombustible Manolo, el Gran Capitán, como jugador con más partidos con la camiseta celeste.

Jonny no le va a la zaga. El lateral de Matamá, de 24 años, es tras el veterano Gustavo Cabral el futbolista de la plantilla celeste con más encuentros en Primera División (177), por delante del propio Mallo o de Iago Aspas.

El delantero moañés es, sin embargo, el jugador franquicia del Celta y, de largo, el canterano con mayor peso en los resultados del equipo. Aspas, que ayer anotó su decimonoveno gol del curso e iguala su mejor registro en Primera, va camino de convertirse en el más importante delantero de la historia del club. De momento, ya ha alcanzado a Hermidita y a Gudelj en número de goles y tiene a tiro el récord de anotación en una temporada establecido por Mauro Rodríguez en el curso 1955-56.

El último en sumarse a la fiesta ha sido Brais Méndez, a quien Juan Carlos Unzué hizo debutar esta temporada frente al Getafe en Balaídos. El técnico ha utilizado al versátil centrocampista mosense en tres posiciones distintas con muy interesantes prestaciones. El rendimiento del chico, de 21 años, ha ido creciendo hasta desatarse en estos últimos partidos como uno de los mejores hombres del equipo: cambió el partido en el triunfo frente a Las Palmas, anotó el descuento el empate en San Mamés y llamó a la puerta de la titularidad en el último partido contra el Sevilla.