La visita del Sevilla a Balaídos fue de las primeras fechas que buscaron en el calendario del presente curso los celtistas que habían lamentado la marcha de Eduardo Berizzo al equipo de Nervión después de conseguir que en Vigo se volviese a soñar con un título, tras alcanzar dos finales de la Copa del Rey y una de la UEFA Europa League. Pero el técnico argentino no regresará el sábado 7 de abril a la que fue su casa durante las tres últimas temporadas. En su lugar acudirá el italiano Vincenzo Montella, quien a finales de diciembre se hizo cargo del conjunto sevillista tras la destitución del Toto Berizzo.

Un trago amargo menos tendrá que afrontar quien ahora busca equipo para después del Mundial, una vez que los médicos certificaron que ya había superado el cáncer de próstata que le diagnosticaron cuando se encontraba en plena vorágine por mantener vivo al Sevilla en las tres competiciones. Berizzo estaba cumpliendo el cometido y mantenía al equipo en la quinta plaza de LaLiga y con vida en la Copa del Rey y en la Champions League. Pero en el Sánchez Pizjuán exigían más a quien no había caído bien desde el inicio de su trabajo en la capital andaluza por querer defender sus principios y prescindir de jugadores mimados por la afición como Nzonzi.

Diecisiete jornadas de Liga duró la aventura de Berizzo en el Sevilla, cuyos mandatarios le anunciaron el cese al técnico argentino cuando se encontraba en pleno tratamiento para atacar el carcinoma de próstata y después de que el equipo del que se había hecho cargo su ayudante Marcucci cayese derrotado en San Sebastián por 3-1.

Montella debutó en el banquillo sevillista el Día de Reyes con una dolorosa derrota ante el eterno rival. El Betis incendió el Sánchez Pizjuán tras ganar por 3-5. "Es una locura que Montella ocupe el lugar de Berizzo cuando a Montella lo echaron mal del Milán. Y hay miles de técnicos que pueden ocupar ese lugar. No puede ser que los empresarios comanden el fútbol", cargó Maradona contra los dirigentes del club de Nervión.

El entrenador italiano, sin embargo, se ganó la simpatía de la afición sevillista, que ya no se indignó por mantener una línea irregular en LaLiga y seguir a duras penas en Europa después de plantarse en la final de Copa, en la que le espera el Barcelona. Nada que no hubiese conseguido Berizzo en sus cuatro meses al frente de un Sevilla que el 18 de noviembre recibió al Celta en el Sánchez Pizjuán.

El argentino se enfrentaba por primera vez a un Celta en el que había dejado una profunda huella, no solo entre la afición sino también en la plantilla. El cariño del celtismo lo simbolizó Aspas con el abrazo que le dedicó en un partido que acabó con derrota céltica por 2-1.Si emotivo fue ese reencuentro, nadie era capaz de imaginar qué sucedería en la visita del Sevilla a Balaídos, donde se derramaron muchas lágrimas el día que Berizzo anunció que su etapa como entrenador del Celta había concluido. Desde la distancia, el Toto Berizzo podrá disfrutar del partido del sábado en Balaídos entre sus dos últimos equipos en España. En Bilbao, mientras tanto, aparece como candidato para suplir a Ziganda en el Athletic.